miércoles, 9 de junio de 2010

LECCIÓN DE POESÍA NÚMERO 13


Y que pasaría si hoy la poesía no fuera de un poeta, y si fuera de un calvo oscuro y jeta, ¿eh? Pues vamos a probar...

LECCIÓN 13 - EL MENDA LERENDA
Aquí os dejo, amigos míos, con mi primera poesía..., a ver si os gusta, ya me diréis si mola y os escribo alguna más.


EL COCOROTO ESCRIBE SU PRIMERA POESÍA Y LA MISMA, LEJOS DE SER ESCORIA INMUNDA, RESULTA SER COSA FINA, FINA.
Por el Cocoroto mismo...

Esta que aquí escribo
es mi primera poesía:

no es coña,
mi verbo es sincero
y te viene a limpiar el cuerpo
de tanta cursi tontería,
voy a hacerte olvidar
a príncipes insulsos
y degradadas princesas,
esto es real,
tan real como el primer beso
que asusta y gusta a la vez.

A ver,
la panoplia es infinita:
que si tu lengua
está impregnada de miel,
que si tus pechos
son leche,
o son la leche,
qué más da,
que si tu vientre es
cardamomo,
canela en rama
y hasta aliento de paloma,
pero de paloma enamorada,
que si tus cabellos
son el mar,
que si tu cintura
una ola infinitamente
preciosa
que recorro dulcemente
por delante y por detrás,

puagh…,
vaya patraña,
tu lengua,
para qué nos vamos a engañar,
me sabe hoy a grasa
de ballena borracha,
tu sobaco huele
como huele el tabaco
y las uñas de tus quesacos
son patrimonio ya
de la mismísima humanidad
de tanto tiempo como llevan
creciendo meses y meses
en los dedos de tus pieses.

Señor, señor,
que si eres bella flor,
que si en tu mirada
toda belleza es conjurada,
que si con la seda
de tus besos
has reescrito mi pasado,
que si tus labios
han creado mi presente
ahora, así, de repente
y, esto parece no tener fin,
el contorno de tu sexo
habrá de dar vida
a todo bicho viviente
que nos venga en el futuro
para hincarnos el diente.

Mamma mia,
cuánta romática
tontería,
escriba lo que escriba
todo viene a ser lo mismo
y lo mismo, lo de siempre.

Pero bueno,
la cosa está así,
no te engaño,
yo,
ya lo sabes,
te quiero como un loco,
como un loco cocoroto,
calvo oblongo en su domingo
eterno de piscina y piruleta,
pelado intruso y jaranero,
canalla cegato y consumado
artista en el arte del querer,
así que, que lo sepas y no lo olvides,
te quiero porque te quiero,
y con eso me sobra y me basta,
y si no sé escribirte un poema
bueno, bonito y barato,
pues eso, que desisto
y te escribo un poema sincero,
de los de verdad,
de los que vienen a decirte,
sin metáforas de cielos
ni lunas de plata infinita,
cuánto, pero cuánto, cuánto,
cuantísimo te quiero
y cuantísimo me gustas,

cada día un poco más.

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