miércoles, 25 de enero de 2012

LECCIÓN DE POESÍA NÚMERO 27


Esta es una entrada mazo bonita, mazo emotiva… tíos, se me saltan los lagrimones de pura belleza, me pongo tierno cual merengue, florido cual recién nacido, saltaría cual rana estrenando charca en propiedad…, aaaaaahhhhh, si es que poder hablaros de W. B. Yeats, el poeta irlandés por antonomasia, es un placer demasiado bueno para ser cierto.

CUARTA TEMPORADA - LECCIÓN 27 - W. B. YEATS


Chicos, yo es que tengo pasión por Irlanda (amo Inglaterra y Escocia y Gales), pero esa isla esmeralda dividida políticamente en dos es una de mis tierras de ensueño (las otras son Japón y Grecia).  Y es que Irlanda, como decía Yeats, presenta una belleza terrible (“a terrible beauty is born”, Yeats, “Easter, 1916”) que nos deja totalmente encandilados.

No sé qué me gusta más de la poesía de Yeats, si lo que significa (o parece significar, tan evanescente siempre en sus vocablos e imágenes) o lo musical que es (claro, para esto tenéis que leerla en inglés).  Y hoy quiero compartir con vosotros tres poemas, tres, que es día de fiesta y seguro que os apetece “retiraros un ratito del mundanal ruido” para encontrar refugio en unos bellos versos.

Vamos al turrón, que pa luego es tarde.

QUE LA NOCHE CAIGA

Vivió en tormenta y lucha,
tanto deseó su alma
a la muerte orgullosa
que nunca soportara
lo bueno de la vida,
como un rey que porta
el día de su boda
pendones y coronas,
trompetas y tambores
y el cañón ruidoso,
para atrapar el tiempo
hasta que la noche caiga.

(Original en inglés AQUÍ)

UN POETA A SU AMADA

Te traigo aquí con manos reverentes
los libros de mis sueños infinitos,
blanca mujer que la pasión gastara
cual la marea gasta las arenas grisáceas
y con el corazón aún más viejo que el cuerno
lleno del pálido fuego del tiempo:
blanca mujer con sueños infinitos
te traigo aquí mi verso apasionado.

(Original en inglés AQUÍ)

RECUERDO

Una tenía el rostro bello
y dos o tres eran graciosas.
Mas no importaban gracia y rostro
porque la hierba de la montaña
tan sólo puede conservar la forma
donde la liebre ha estado echada.

(Original en inglés AQUÍ)

Qué dulzura de versos, ¿no os parece?  Lo cierto es que ante estos destellos de diamante lírico no creo que deba realizar glosa alguna, todo lo que se pueda decir sobre estos poemas no son los poemas, ¿cómo definir la belleza sin robarle su verdadera belleza, la esencia primigenia que le hace se lo que?  Y creo que hoy no debo añadir más, hermanos míos, así que calvo y feliz me marcho hacia la noche para beber luna hasta que, ebrio de vida y enloquecido de alegría, entienda la belleza absoluta e infinita de la muerte como lo que siempre ha sido, una paso más en este baile estupendo del amor, de la esperanza y, por supuesto, de la verdadera poesía. 

Que disfrutéis.  Nos vemos en quince días.

miércoles, 11 de enero de 2012

LECCIÓN DE POESÍA NÚMERO 26


Iniciamos el año, chiquillos míos, cuscurritos de pan calentito y sabrosón, con un poema requetebonico, ya veréis.

Como veo que os está interesando toda esta gente tan maja que son los escritores británicos e irlandeses, hoy os voy a presentar a un (casi) desconocido por estas tierras.  La lección de hoy va sobre...

CUARTA TEMPORADA - LECCIÓN 26 - LOUIS MACNEICE


Nacido en Belfast, MacNeice me parece uno poeta esencial..., es un poeta esencial porque va a la esencia, no se anda por las ramas.  El tío va a lo que va, ya estás.  Busca captar el momento y así eternizarlo (siendo, claro, imposible).  Ya sabéis que los poetas tienen algo de fotógrafos o pintores, y MacNeice es un pintor de palabras, oye.  Me encantan todos sus poemas, cómo me endulzan el paladar cuando lo leo en voz alta, cómo colorean mis sueños cuando los recuerdo justo antes de dormir..., es una pasada.  Por todas estas cosas quería que al menos uno de sus poemas encontrara sitio aquí, para que así muchos de vosotros podáis también degustar tal delicatessen.

Al turrón, que decía la directora de mi Trabajo de Investigación post-licenciatura (sí, sobre poesía inglesa, ¿cómo lo habéis adivinado?).  He elegido WHEN WE WERE CHILDREN, o lo que es lo mismo pero en castizo, CUANDO ÉRAMOS NIÑOS:

Cuando éramos niños las palabras eran de colores
(prostituta y asesinato eran púrpura oscuro)
y el lenguaje era un prisma, la luz
un fantástico diseño sobre la hierba,
cuyos rayos están hoy concentrados
y el lenguaje se ha tornado espejo ustorio.


Cuando éramos niños la Primavera era fácil,
nos salpicábamos la cabeza con rocío de espino
y trepábamos a los árboles
- un desayuno para el ojo glotón -;
cuyos vientos y aromas han renegado hoy de
pulmones que están negros, lenguas que están secas.


Ahora somos mayores y nuestros talentos
se atribuyen al tiempo y el significado,
para remozar la alegría es necesario barajar
de nuevo las cartas a espaldas del cerebro
donde el significado volverá a casar con el color
y las flores serán otra vez eternas.

Como siempre, os animo a los anglohablantes (o anglolectores) a que visitéis el texto en inglés AQUÍ.

No me digáis que no es una dulzura el pedazo de poema este, vamos que es casi un POEMO, así, acabado en O de Oviedo, qué leches.  Mola mazo.  A mí me deja epatado el comienzo porque me pasaba (y me pasa a día de hoy, calvo como estoy, y cómo estoy de calvo, oye) de niño que todas las palabras tenían colores, muchas, de hecho, eran multicolores (como jengibre o pandereta).  Lo del espejo ustorio puede requerir de explicación (en inglés burning-glass), si vais al drae os informarán de que es un "espejo cóncavo que, puesto de frente al sol, refleja sus rayos y los reúne en el punto llamado foco, produciendo un calor capaz de quemar, fundir y hasta hacer que se volatilicen los cuerpos allí colocados.  Ahí es nada.., mejor una foto, ¿no?

El espejito de marras...
Pues hala, a pensar, que la comparación es linda, linda, lindosona.

Lo de que la primavera fuera fácil..., pues eso, que también me deja enamorado.  Esa frescura de la infancia es la que nos redime más tarde, cuando nos creemos "mayores", cuando nos ponemos carcas, vaya, y de repente llega un susurro de la nada y nos volvemos a enamorar del mundo y de su misterio revelado.  Chuli.

Los versos finales arrancan oscuros y acaban luminosos y jubilosos.

Ay..., casi que me callo ya y me marcho pal baño, que tengo la tripa revuelta hoy después del bocata de macarrones con chistorra y queso azul que me metí pa desayunar, si al menos me hubiese bebido un café o un té en vez de las dos latas de coca cola que me pedía el cuerpo..., ay, ay y ay.  Chicos, hasta la próxima, que me hago de todo aquí mismo...