miércoles, 22 de diciembre de 2010

FELIZ NAVIDAD

Pues hoy empiezan las vacaciones de Navidad, muchachos míos, así que se suspende la clase. Hoy no hay poema para estudio, pero os dejo con un poema de este colegote mío que empieza a ser Francisco.

Que disfrutéis. Hasta enero…

POEMA DEL AMOR JODIDO
Por Francisco José Francisco Carrera

un pájaro
indefinido
se posó en tus bellas manos

y como si no quiere la cosa
se bebió de un solo trago
todo el amor
que me tenías
reservado
para mí
para mí solo

qué cabrón
el pájaro aquel
qué pedazo
de cabrón

si me lo pillo
me lo cargo

te lo digo
y te lo cuento

me lo cargo
por chorizo
y me lo cargo
por cabrón

viernes, 19 de noviembre de 2010

LECCIÓN DE POESÍA NÚMERO 19


Esta va para el Dani, porque sí, porque me da la santa gana y porque es un buen tipo que frecuenta los bares del alma.

Pasan los años y mi calva va estupefactándose de dentro para fuera. Como os lo cuento. Es extraño pero cada vez me parece más normal. Y lo que saco de esto es algo obvio. El poema y la canción son hijos de un mismo Dios. De hecho no hay diferencia entre la poesía y la música. El poema es canción. La canción es poesía. Así que de este tocho temario que me gasto miércoles sí, miércoles no, hoy he decidido sacarme una canción de un grupo americano y maravilloso. De esos grupos que te desgastan de dolor el corazón con cada acorde y a pesar de tener ganas de llorar hasta con los dedos de los pies, tú nunca tienes suficiente y no paras de pedir otra canción. Algo parecido nos pasa con el amor.


2 TEMPORADA - LECCIÓN 19 - COUNTING CROWS
La leche, colegas, los Counting Crows son la leche. Tienen canciones que son tan tristes como el hombre más triste del mundo. Como la voz más triste de la tierra. Si lo dudáis, id al tutubo y escuchad “Colorblind”, acaso la tristeza más profunda hecha canción, es tal la fragilidad y la fantasmagórica presencia que emana del tema que cada vez que lo escucho me quedo sobrecogido por dos o tres siglos y luego vuelvo al mundo como si hubiera pasado un minuto (a veces dos). Pero yo quiero compartir con vosotros un tema más luminoso que se titula Mrs. Potter’s Lullaby. Hoy voy a evitar todo comentario, porque lo suyo, almas divinas de precioso corazón, es que leyeseis la letra, escuchaseis la canción, vieseis el video, todo eso. Así que ahí va, yo me desaparezco ya, que estoy sobrando.

By the way, esta entrada la hemos hecho colaborando los “tres en uno”: yo, el Francisco Lunático y el Guinterborbotón, ahí es na. En otras palabras, la traducción es de Francisco (me apunta él mismo que os diga que es bastante libre y creativa, apoetizada, comenta) con el apoyo lingüístico de Daniel, yo he puesto la casa, el blog y las birras.
Al final veréis dos hipervínculos, uno hacia el texto original inglés, el segundo hacia el video del tema en you tube. Un beso, mis preciosos.

La canción de cuna de la Señora Potter.

A ver, desperté a media tarde porque es entonces cuando todo duele
mucho más. Suelo soñar que no conozco nunca a nadie en la fiesta
y que para colmo soy el anfitrión,
si los sueños son como películas, entonces
los recuerdos son pelis de fantasmas.
Nunca puedes huir, sólo puedes irte hasta la playa.

A ver, soy un idiota que camina sobre el alambre de la fortuna y de la fama,
un acróbata balanceándose en el trapecio y que atraviesa círculos de fuego,
si nunca miraste hacia lo lejos, entonces tu vida es una mierda
y aunque yo nunca vaya a olvidar tu cara,
hay veces que no recuerdo ni mi nombre.

Hey, señora Potter, no llores,
hey, señora Potter, sé por qué pero…,
hey, señora Potter, acaso no quieres contármelo.

A ver, hay un trozo de María en cada canción que canto
y el precio de la memoria es el recuerdo de la tristeza que conlleva
y siempre hay una última luz que apagar y una última puerta a la que llamar
y el último en salir del Circo es el que tiene que cerrar bien todo,
porque si no los elefantes se irán y olvidarán lo que dijiste
y los fantasmas de las atracciones merodearán en tu cabeza
y los restos de la noria girarán y girarán dentro de ti.

Cuando te veo, una manta de estrellas me arropa en la cama.

Hey, señora Potter, no llores,
hey, señora Potter, sé por qué pero…,
hey, señora Potter, acaso no quieres contármelo.

Todos los reflejos de las luces azules que dan color a mi mente cuando duermo,
todos los rechazos que hacen enfermar de amor y que siempre acompañan
a las compañías que frecuento,
todas las percepciones afiladas como cuchillas y que me cortan hasta el hueso.
Escucha, puedo sangrar tan bien como cualquiera,
pero necesito a alguien que luego me ayude a dormir.

Así que lanzo mi mano hacia los cielos y se columpia en cada rayo de luz,
es una breve interrupción del polvo resplandeciente
que se asemeja al brillar de los impulsos.
A ver, sé que no te reconozco y que probablemente no eres lo que pareces,
pero te aseguro que me gustaría descubrirlo
así que ¿por qué no sales de esa pantalla de cine?

Hey, señora Potter, no me des la espalda,
hey, señora Potter, ardo de pasión por ti,
hey, señora Potter, acaso no quieres hablar conmigo.
Cuando el último rey de Hollywood destroza su copa contra el suelo
y pide otra más,
bien, me pregunto por qué lo hace,
es entonces cuando sé que tengo que marcharme porque ya había estado aquí antes.

Así que dejé mi sitio libre en el bar y me fui hacia la puerta.

Condujimos hasta el desierto para tumbarnos justo
debajo de este cuenco de estrellas,
nos pusimos en pie en el palacio como si fuera el último bar del mundo,
gritamos estas canciones contra el estruendo eléctrico de las guitarras.

Hoy puedes ver a miles de kilómetros
pero no llegarás muy lejos,
hoy puedes ver a miles de kilómetros
pero no llegarás muy lejos.

Hey, señora Potter, no te tocaré,
hey, señora Potter, no es gran cosa pero…,
hey, señora Potter, acaso no quieres hablar conmigo.


Video de la canción: http://www.youtube.com/watch?v=85McHO_9TwM

Letra original en inglés: http://www.lyrics007.com/Counting%20Crows%20Lyrics/Mrs.%20Potter


miércoles, 10 de noviembre de 2010

LECCIÓN DE POESÍA NÚMERO 18


Uno nunca sabe cuándo llega hasta que llega. Uno se levanta de la cama, se calza unos gayumbos limpios (o sucios si no tiene otros a mano), se rasca el culo con desgana y con cara de bizcocho borracho se marcha para el baño para aliviar su humanidad. Después, con el mismo sueño y la misma pereza entre cacha y cacha, se va para la cocina y se prepara un café infecto de monotonía, de lunes con olor a orinal y así, sin nada que haga interesante ese día (ni ningún otro), nos vestimos, nos ponemos nuestros rostros humanos y aportamos nuestra granito en este “gran teatro del mundo”. Y de repente, de la nada, se nos aparece una mirada, un poema, una caricia inesperada…, y todo tiene al instante otro color, y damos saltos con el páncreas, con el ombligo, con las orejas…, qué se yo.


2 TEMPORADA: LECCIÓN 18 - JOHN UPDIKE

Y eso te puede ocurrir, amigo mío, si te poner a leer la poesía de John Updike, escritor americano más conocido por su obra en prosa que por sus versos. Algunos habréis leído sus libros sobre “Conejo” Angstrom, verdaderas joyas de la literatura norteamericana moderna. Pero hoy yo aquí vengo a refrotaros el cuerpo serrano con dos de sus poemas más bellos. La leche de bonitos que son. Uno es corto, el otro non.
John Updike, ahí es nada. Disfruta de ellos, colega, puede que te alegren el día, y si el día ya ha sido alegre, canalla, esto va a ser ya la repanocha.


La Bendición

La habitación se oscureció, se oscureció hasta convertir
nuestros cuerpos desnudos en una forma gris,
entonces rompió a llover
y fuimos cobijados, bendecidos,
amparados en un mundo de elementos
que nos justificaba.
En todo el amor que antes por ti había sentido,
en todo ese amor,
no hubo amor semejante
al que sentí cuando la lluvia comenzó:
la habitación en penumbra, una envolvente agitación,
la esbeltez de tu garganta,
esa bendita esbeltez.

(The Blessing

The room darkened, darkened until
our nakedness became a form of gray;
then the rain came bursting,
and we were sheltered, blessed,
upheld in a world of elements
that held us justified.
In all the love I had felt for you before,
in all that love,
there was no love,
like that I felt when the rain began:
dim room, enveloping rush,
the slenderness of your throat,
the blessed slenderness.)

Chulo, ¿que no? Y ahora lo vais a flipar, colegas, os vais a quedar de una pieza. Aquí llega uno de los poemas más maravillosos jamás escritos, de esos que te dejan sin aliento, como si te hubieran besado durante seis o siete años sin parar ni para tomar aire. Es una joya de brisa primaveral que se te incrusta en el corazón y he hace estar agradecido de ser humano en esta vida.

Pálida felicidad

Compartir una botella de vino blanco
con una mujer desnuda
a la mitad del día.

(Pale Bliss

Splitting a bottle of White wine
with a naked woman
in the middle of the day.)

Ay, mis queridos estudiantes del amor y de la vida, de la verdadera poesía. Os tengo que dejar ya porque un animal herido está gimiendo dentro de mi pecho. Que el fuego blanco de la mañana surque vuestras arterias al despertar a lo único que es Real: el Silencio, la Esperanza y la Bondad.

martes, 26 de octubre de 2010

LECCIÓN DE POESÍA NÚMERO 17

NOTA: Queridos míos, si alguien quiere que ponga algún poema que le gusta en especial y que le deje caer al Cocoroto que lo comente un poco, que me lo diga con un comentario a la entrada o un correo a hotmail y se pondrá ojos a ellos. A mí suele hacerme caso, aunque no siempre, que es calvo y además salvaje y peleón, pero de bueno corazón y mejor pancreas.

A ver hoy lo que toca, muchachillos míos, por qué lección de poesía norteamericana nos llegamos ya…, ah, sí, por la número 17. Sí que vamos avanzados, oye. Bien, bien. Además hoy tengo una sorpresa del tamaño de Arizona. Hoy la lección va a ser cortita pero esenciada y esencial. Si recordáis lo que os dije hace 15 días, hay dos autores americanos que me parecen que han compuesto los mejores versos sueltos de la historia de la poesía universal. E. E. Cummings era uno de ellos y el otro la poetisa más maravillosa del planeta, la sin igual Emily Dickinson.
2 TEMPORADA: LECCIÓN 17 - EMILY DICKINSON


Emily es una de mis tres poetisas favoritas. Las otras dos son Emily Dickinson y Emily Dickinson. Y es que no hay poema de esta señora que no me haya llevado al valle más doloroso o la pradera más jubilosa, sin término medio. Cuando yo era más jovencito y tenía algo de pelo (aunque ya opositaba seriamente para cocoroto y lo hacía con mucho aprovechamiento y ahora podéis ver en mis fotos cómo saqué fruto pelón del arduo estudio del melón), me pasé un año enterito estudiando poesía en Irlanda, y un amiguete mío francés me dejó un libro de la Dickinson esta; recuerdo que era una edición bilingüe francés-inglés y que entonces me interesaron tanto ambos textos que decidí aprender francés al volver a España (cosa que hice). Un gran acierto, aprender francés, si te gusta la poesía. Pero sigamos, en aquel libro de mi amigo François Mulot descubrí lo que puede doler un poema, cómo te puede llevar más allá del sufrimiento y traerte más acá de la pasión. Es cierto que este loco cocoroto aprendió del mundo real a través de los versos, y bien feliz que está de ello, poco importa un camino u otro si al final llegas al lugar al que has de llegar, ¿no? Pues eso, tortilla de queso. Y hoy lo que voy a hacer tan sólo es dejaros con cuatro versos sueltos y variados para acabar con el verso que más me ha cautivado en mi vida, un verso jodidamente triste y preciso como un bisturí de cirujano, como el puñal del Normando que en la batalla de Hastings arranca el corazón del Sajón dispuesto a morir por su fría isla.
De la biografía de esta chica maravillosa podría contaros muchas cosas, recuerdo que me pasé cerca de un mes encerrado en la biblioteca del campus de la University College Dublin leyendo sus poemas y libros acerca de su vida, y lo cierto es que creo que os resultaría interesante pero ya sabéis que a mí lo que más me interesa es presentar la obra en sí y que ya el lector vaya a otros lugares que le interesen más particularmente si tiene tiempo y lo estima necesario. Apuntaros, eso sí, que la “historia de su vida” es de esas que te enganchan no por lo que pasa si no más bien por lo que no pasa, por los espacios en blanco, por los silencios…

Sobre su poesía y como modo de apunte general, Margarita Adenas, en la edición bilingüe de las obras de Dickinson publicada por Cátedra, nos dice cosas tan acertadas como:

“Sus poemas nos suenan como a recién creados, porque Emily Dickinson emplea las palabras de cada día como nadie las había empleado antes. Nos sitúa en el umbral del canto y nos invita, mediante unos fragmentos inacabados, a completar la ruta hacia ninguna parte.”

“Lo no dicho, los espacios en blanco, la insinuación y la ambigüedad tienen tanto valor en su discurso como los elementos explícitos. En otras palabras, el silencio es para Emily Dickinson tan subversivo como la palabra.”

“El querer saltar las barreras imposibles entre objeto y palabra es su más fecunda empresa”.

Pues eso que vengan mis “TOP FIVE VERSES” de la Emily.

5) To Whom the Mornings stands for Nights,
Para Quien las Mañanas son las Noches,

4) “Heaven” has different Signs – to me
“El Cielo” tiene Signos distintos – para mí

3) Bring me the sunset in a cup,
Tráeme el ocaso en una copa,

2) The grave my little cottage is,
La tumba es mi casita,


y el apoteósico número uno…

1) I felt a funeral, in my brain,
Sentía un funeral, en mi cerebro,


Ahí es nada, qué perfección, cuánta belleza y cuánta desolación quintaesenciada en la palabra perfecta y adecuada. Yo, no os lo voy a negar, he sentido varias veces un funeral en mi cerebro, un palpitar de alas de murciélago dentro de mi cabeza que me han hecho rasgarme el corazón a base de tristeza y desolación extrema. Pero tras cada funeral y cada duelo, he vuelto a nacer a la Calvidad de esta vida cierta y en esa Calvidad enorme y gloriosa he residido triunfal para volver a caer un poquito después y volver a comentar a su vez...



Que seáis felices, mis preciosos estudiantes de la vida y de los sueños.
Yo,
ya lo sabéis,
os dibujo cada tarde
en el lienzo
que me otorga
el silencio blanco
de los espejos.

miércoles, 13 de octubre de 2010

LECCIÓN DE POESÍA NÚMERO 16


Hay poetas que me han robado el corazón por sus poemas, otros por la visión cosmopoética que emanaba su obra entera, también otros que me han fascinado por su capacidad de darle la vuelta al lenguaje como si fuera un calcetín sudado y que olía a calabacín pocho o a chistorra revenida. Pero hoy voy a hablar de otro tipo de hacedor de versos, el que adoro no por un poema u otro, por un recurso estilístico u otro, aquel escritor que es capaz de volverme loco de vida gracias a versos sueltos. Dentro de la literatura norteamericana a mí me pasa esto con dos autores: E. E. Cummings y E. Dickinson y hoy voy a ocuparme del primero.

2º TEMPORADA: LECCIÓN 16 - E. E. CUMMINGS

Edward Estlin Cummings es uno de los poetas más originales que nos podemos echar al corazón jueves sí y jueves no. Una cosa apabullante. Una cosa sin igual. Y lo gracioso es que si tú vas y me preguntas “¿cuál es tu poema favorito del señor este tan guay?” o “¿qué me aconsejas leer?”, lo único que podría hacer es recitarte de memoria un número de versos de distintos poemas que me hacen sudar gotitas de miel con eucalipto o de eucalipto con miel. Así es la cosa, como te lo cuento. Ni carta, ni trampón ni mucho menos piedra pómez o solomillo de león.

Te podría decir aquello de:

“señora por cuyos profundos y frágiles labios
los dulces pequeños torpes pies de Abril entraron


en el devastado prado de mi alma”;

o acaso algo como:

“cultivaré dentro de
mí escrupulosamente lo Inimitable que
es la soledad,estos sueños únicos
jamás mancharán su atuendo

con fenómenos:”;

y seguir con:

“que el hombre más solitario nunca está solo
(su respiro más breve dura lo que el año de algún planeta,
su vida más dilatada es el latido de algún sol;
su inmovilidad más leve lo lleva hasta la estrella más joven)”;


o con:

“quizá dios

sea la mano
de un niño)que con gran cuidado
nos trae
a ti y a
mí(sin ni si
quiera aplastarlo)…”;


y en cualquier caso siempre acabaría con estos versos:

“nada de lo que podamos percibir en este mundo iguala
el poder de tu intensa fragilidad:su textura
me domina con el color de sus países,
produciendo muerte y eternidad a cada latido

(no sé qué hay en ti que se cierra
y se abre;pero algo en mí comprende
que la voz de tus ojos es más profunda que todas las rosas)
nadie, ni siquiera la lluvia,tiene unas manos tan pequeñas"


Ahí es nada, compañero, qué maravilla de versos, ¿no lo crees? Ahora ya sabes, en cuanto tengas un rato no dejes de pasear por las avenidas poéticas de Cummings. Y es que hay cosas que nos raptan el alma a base de amor del bueno y entonces es mejor dejarnos ir y volver a ser los niños que fuimos, aquellos niños que después del cole creaban cada tarde un mundo privado de felicidad y luz y juego eterno.

Y con esto y un buen té os dejo por hoy, que ya es hora de dormir…, que hoy el calvo cocoroto tiene cuerpo de cama y quiere soñar con abril.

miércoles, 29 de septiembre de 2010

LECCIÓN DE POESÍA NÚMERO 15


Interior. Tarde. Un hombre calvo como un melón esta ante su ordenador escribiendo. Por la expresión de su rostro parece entre iracundo y preocupado. A veces presenta un rictus desencajado. En otras ocasiones se rasca el culo a conciencia, como si le picara mucho. En seguida se pone a hablar en alto aunque está completamente sólo…

Cocoroto: Joder, joder y joder. Lo sabía. Tarde o temprano tenía que pasar. Aquí no se salva ni el apuntador. Todos al pilón, así, sin más. Sin explicaciones. Sin misericordia alguna. Yo te escribo y hago lo que me da la real gana. Joder. Vaya mierda pinchada en un palo. Y mira que lo sabía. Y va el lunático este del Francisco y se ventila de un plumazo al güinterbobotonto ese que escribe los miércoles que yo libro, y simplemente porque, como nos escribe él, pues eso, que se cree el amo de nuestras voces. Acojonado me quedé, oye, el pasado miércoles cuando vi que, porque decía que tenía mucho trabajo, Francisco le mandó callar al guiri, así porque se le puso en el bajo vientre. Y si se lo ha hecho a él…, nada le impide hacérmelo a mí…
PUES QUE SEPAS QUE YO NO ME CALLO. EL COCOROTO NO DEPENDE DE TU DISCURSO Y DESDE HOY ME DECLARO INDEPENDIENTE DE LA SOBERANÍA FRANCISQUIL.
Toma ya, ya soy yo mismo y no el desdoble maquillado de un ser infecto y sin alma…, y libre de polvo y de paja me pongo a lo mío, que para eso existo. Para hablar de poesía.


Y bien, queridos míos, llego ya con nuestra segunda lección. Con otro maravilloso poeta dispuesto a enseñarnos sus intimidades. Acaso mi poeta favorito entre los americanos, acaso no. Pero me gusta tanto, tanto, tanto que no sé muy bien por dónde empezar. Me estoy refiriendo a Raymond Carver. Su vida es tan fascinante que casi os enviaría a la Wikipedia si os apetece saber cosas sobre él. Hoy los poemas son tan poderosos que prefiero ocuparme de ellos pero ya mismo.


2ª TEMPORADA: LECCIÓN 15 - RAYMOND CARVER


He elegido dos poemas, uno largo y otro corto.
El largo es, como veréis, muy narrativo y reflexiona sobre lo que significa de verdad SER POETA, pero habla también de las cosas que son VERDADERAMENTE IMPORTANTES en la VIDA.

Vamos a ello.


UNO MÁS
Por Raymond Carver

Se levantó temprano, la mañana teñida de emoción,
listo para ponerse a escribir. Tomó una tostada y huevos,
café, y fumó unos pitillos, mientras pensaba en el trabajo
que le esperaba, el difícil sendero a través del bosque.
El viento empujaba a las nubes en el cielo,
agitando las hojas que quedaban en las ramas,
al otro lado de la ventana. Unos pocos días más y habrían
desaparecido, esas hojas. Había un poema en eso, podría ser;
tenía que pensar en ello. Fue a su mesa,
dudó durante largo rato, y luego hizo
lo que demostró ser la decisión más importante
que tomaría en todo el día, algo para lo que toda
su imperfecta vida le había preparado. Puso a un lado
la carpeta de los poemas – un poema en concreto todavía
seguía en su mente después del inquieto sueño de la noche.
(Pero, en realidad, ¿qué es uno más o menos? ¿Qué más da?).
Contaba con todo un día abriéndose ante él.
Lo mejor será limpiar el suelo antes. Tenía que ocuparse
de unas cuantas cosas, incluso de unos familiares que
no debería dejar para mucho más tarde. De modo que no paró.
Trabajó sin parar el día entero – dominado por amor y odio,
un poco de compasión (muy poco), una sensación conocida,
incluso desesperación y alegría. Hubo ocasionales estallidos
de ira, que luego se calmaban, mientras escribía cartas
diciendo “sí” o “no” o “depende” – explicando por qué, o
por qué no a personas que nunca había visto y nunca vería.
¿Le importaban? ¿Le importaba algo así? Algunas sí.
También atendió unas cuantas llamadas, e hizo algunas, que
a su vez provocaron la necesidad de hacer algunas más. Así es,
ahora se siente incapaz de hablar, prometió llamar al día siguiente.
Hacia la tarde, agotado y notando con claridad (pero
erróneamente, claro) que había pasado un día de trabajo
honrado, se detuvo a hacer inventario y tomar nota
del par de llamadas que tenía que hacer la mañana siguiente si
quería estar al tanto de las cosas, si no le apetecía
seguir escribiendo cartas, que no le apetecía. Ahora,
se le ocurrió, estaba harto de todos estos asuntos,
pero seguía igual, terminando la última carta que debería de
haber contestado semanas atrás. Luego, levantó la vista.
Afuera era casi de noche. El viento se había calmado. Y
los árboles – todavía seguía, casi despojados de todas
sus hojas. Pero, por fin, su mesa estaba despejada
si no se tuviera en cuenta esa carpeta de poemas que
le inquieta mirar. Mete la carpeta en un cajón, la
quita de su vista. Estará en buen sitio, segura y
él sabrá dónde descansar las manos cuando
sienta le necesidad de ello. ¡Mañana! Hoy ha hecho todo lo que
podía hacer. Había aún esas llamadas que tenía que hacer,
y olvidó que debía de llamar él, y había unas cuantas notas
que debía de mandar debido a algunas de las llamadas, pero
ahora no lo iba a hacer, ¿o sí? Estaba fuera del bosque.
Podía llamar hoy. Había hecho lo que debía hacer. Lo que
su conciencia le dijo que hiciera. Había cumplido con
sus obligaciones y no había molestado a nadie.
Pero en ese momento, sentado allí delante de su ordenada mesa,
sintió vagos remordimientos por el recuerdo del poema que
quería escribir esta mañana, y estaba ese otro poema
que tampoco conseguía recordar.
Así eran las cosas. La verdad, es que no hay mucho más que decir.
Qué se puede decir de un hombre que prefirió hablar por teléfono
el día entero, y escribir cartas estúpidas
mientras deja a sus poemas desatendidos, abandonados
- o peor aún, sin empezar - . Este hombre no merece poemas
y éstos no deberían acudir a él en ninguna forma.
Sus poemas, si producía alguno más,
deberían de comerlos las ratas.

Ahí queda eso. Pedazo de reflexión vital. Me encanta.

Pero quiero acabar con el más delicioso de sus poemas. Su último poema. De su último libro de poesía. Antes de morir…

ÚLTIMO FRAGMENTO

¿Y conseguiste lo que
querías de la vida?
Lo conseguí.
¿Y qué querías?
Considerarme amado, sentirme
amado en la tierra.


Y qué más decir después de esto…, que hasta dentro de dos semanas, si Francisco quiere (mierda, mi independencia a la porra, ya me está manejando)




martes, 14 de septiembre de 2010

LECCIÓN DE POESÍA NÚMERO 14


Que ya esssssssssssssssssssssssstoy de vuelta (y media)!!!!!!!!!!!!!!! Buen miércoles de poesía para todos. Comenzamos hoy las clases de nuevo, a ver, a ver, desempolven ustedes sus cuadernillos y lápices y al tajo, que nos quedan muchos poemas por leer y muchos mundos por visitar. Esta 2ª temporada cocorotil será mona y temática, quiero decir que será monotemática. Nos centraremos en la poesía norteamericana, y tendremos, más o menos, 13 temas para estudio. Bien, ¿no? Si no os mola, pues eso, anuláis matrícula y Santas Pascuas, pero eso sí, el dinero me lo quedo yo, que ando flojo y ya estoy en el período de comer sólo los días pares para llegar a fin de mes. Porca miseria la vida, infamante lacerío que diría de Cuenca.

Hoy os traigo un regalazo para empezar, uno de los autores más autores que en el mundo han sido, alguien que fue, como diríamos en inglés, “larger than life”,
CHARLES BUKOWSKI.

2ª TEMPORADA: LECCIÓN 14 – CHARLES BUKOWSKI





Bukowski (1920-1994), que nació en Alemania, es considerado como uno de los más grandes escritores “underground” americanos, esto es, era de los que se iban al “underground” (sí, al metro) para pasarse escribiendo todo el día…, ¿a que suena creíble? Pues eso, el colega tiene una producción literaria para alucinar, tu ves sus títulos “La maquina de follar, Lo que más me gustar es rascarme los sobacos, 10 cuentos eróticos, El amor es un perro infernal y otros poemas, Erecciones, eyaculaciones, exhibiciones, etc” y no sabes si estás en una biblioteca, un sex-shop o un bazar de todo a 100. Flipante.
La verdad es que toda su obra es, cómo decirlo, absorbente. Sus cuentos, sus novelas, sus poemas…, su vida misma. Pero lo que nos interesa ahora son sus poemas. Estáis de suerte, no es difícil encontrar algunos de sus libros de poemaS (escribió como tropecientos, o alguno más) traducidos al español. Yo os aconsejo, por ejemplo, sus Poemas de la última noche de la tierra, editado por DVD poesía, o si tenéis algo de pasta y no sabéis en qué gastarla, invertidla en los dos inmensos volúmenes que se han publicado en la editorial La poesía, señor hidalgo (estos pueden ser mas difíciles de encontrar, pero valen la pena). No tienen desperdicio.

Pero vamos a lo que de verdad nos interesa, el poema de la semana..., respirad hondo, id yendo al baño que una vez empiece no podremos ni movernos, os lo aseguro, tan hipnótico es el pedazo de texto que sigue…, cómo envidio a aquellos que lo vayan a degustar por primera vez, ay, quién pudiera…

FONDUCHA
por Charles Bukowski

no habrás vivido
hasta que no hayas estado en una
fonducha
con una sola
bombilla
y 56 hombres
apretujados
en catres
todos roncando
al unísono,
con unos
ronquidos
potentes
y profundos,
increíbles:
oscuros
carraspeantes
asquerosos
infrahumanos
resuellos
del mismísimo
infierno.

son
sonidos
de muerte
que casi te revientan
el cerebro

y los
olores
entremezclados:
calcetines
acartonados y sucios
calzoncillos
meados y
cagados

y por encima de todo
un aire que apenas
circula
parecido al que
emana de un
cubo
de basura
destapado.

y los cuerpos
en la
oscuridad

gordos y
delgados
y
encorvados

algunos
sin piernas
sin brazos

algunos
sin cerebro

y lo peor de
todo:
la total
ausencia de
esperanza
los
amortaja
los cubre
por completo.

es
insoportable.

te
levantas

sales

andas por las
calles

arriba y
abajo por las
aceras

pasas por delante de edificios

das la vuelta a la
esquina

y vuelves
por
la misma
calle

pensando

esos hombres
han sido
niños
alguna vez

¿qué les
ha
pasado?

¿y qué me
ha pasado
a
mí?

está oscuro
y hace frío
aquí
afuera.

Así acaba este viaje, sin esperanza, sin alivio, sin nada que aleje el dolor oscuro y tenebroso de estar vivo…, la oscuridad, el frío, el habitar en la frontera de la vida. Haber dormido con los que no duermen, los que han perdido hasta su propia humanidad, haber sentido que eres un jodido perdedor que ha perdido hasta tus sueños, haber visto el vacío cada mañana al levantarte…, y aun así levantarte y no huir de la realidad. Seguir siendo humano aunque te duelan hasta las uñas, seguir siendo, que ya es bastante. Vivir de verdad, vivir plenamente, aunque sea en el fango, aunque sea al otro lado del espejo de esta sociedad que nos consume en su locura de cosas y más cosas, dar un golpe en la mesa y decir “basta ya”, ser un tipo íntegro aunque estés desintegrado. Estar vivo. Nada más.

Es un poema duro, lo sé, es un poema que rezuma realidad y que nos habla de algunas cosas que queremos olvidar. Pero siempre está mejor recordar, queridos míos, es mejor no huir de lo que no gusta simplemente porque no nos gusta o incomoda.

Tras leer el poema, yo me siento más humano, ¿y tú?, ¿qué te parece a ti?

Hasta la próxima semana, mi más preciada almorrana.


miércoles, 9 de junio de 2010

LECCIÓN DE POESÍA NÚMERO 13


Y que pasaría si hoy la poesía no fuera de un poeta, y si fuera de un calvo oscuro y jeta, ¿eh? Pues vamos a probar...

LECCIÓN 13 - EL MENDA LERENDA
Aquí os dejo, amigos míos, con mi primera poesía..., a ver si os gusta, ya me diréis si mola y os escribo alguna más.


EL COCOROTO ESCRIBE SU PRIMERA POESÍA Y LA MISMA, LEJOS DE SER ESCORIA INMUNDA, RESULTA SER COSA FINA, FINA.
Por el Cocoroto mismo...

Esta que aquí escribo
es mi primera poesía:

no es coña,
mi verbo es sincero
y te viene a limpiar el cuerpo
de tanta cursi tontería,
voy a hacerte olvidar
a príncipes insulsos
y degradadas princesas,
esto es real,
tan real como el primer beso
que asusta y gusta a la vez.

A ver,
la panoplia es infinita:
que si tu lengua
está impregnada de miel,
que si tus pechos
son leche,
o son la leche,
qué más da,
que si tu vientre es
cardamomo,
canela en rama
y hasta aliento de paloma,
pero de paloma enamorada,
que si tus cabellos
son el mar,
que si tu cintura
una ola infinitamente
preciosa
que recorro dulcemente
por delante y por detrás,

puagh…,
vaya patraña,
tu lengua,
para qué nos vamos a engañar,
me sabe hoy a grasa
de ballena borracha,
tu sobaco huele
como huele el tabaco
y las uñas de tus quesacos
son patrimonio ya
de la mismísima humanidad
de tanto tiempo como llevan
creciendo meses y meses
en los dedos de tus pieses.

Señor, señor,
que si eres bella flor,
que si en tu mirada
toda belleza es conjurada,
que si con la seda
de tus besos
has reescrito mi pasado,
que si tus labios
han creado mi presente
ahora, así, de repente
y, esto parece no tener fin,
el contorno de tu sexo
habrá de dar vida
a todo bicho viviente
que nos venga en el futuro
para hincarnos el diente.

Mamma mia,
cuánta romática
tontería,
escriba lo que escriba
todo viene a ser lo mismo
y lo mismo, lo de siempre.

Pero bueno,
la cosa está así,
no te engaño,
yo,
ya lo sabes,
te quiero como un loco,
como un loco cocoroto,
calvo oblongo en su domingo
eterno de piscina y piruleta,
pelado intruso y jaranero,
canalla cegato y consumado
artista en el arte del querer,
así que, que lo sepas y no lo olvides,
te quiero porque te quiero,
y con eso me sobra y me basta,
y si no sé escribirte un poema
bueno, bonito y barato,
pues eso, que desisto
y te escribo un poema sincero,
de los de verdad,
de los que vienen a decirte,
sin metáforas de cielos
ni lunas de plata infinita,
cuánto, pero cuánto, cuánto,
cuantísimo te quiero
y cuantísimo me gustas,

cada día un poco más.

miércoles, 2 de junio de 2010

LECCIÓN DE POESÍA NÚMERO 12




Hoy le he pedido su día al dingarandín este del güinterborbotón ese, y es que no podía dejar pasar una semana más sin poneros algún poema de mi autor favorito: Jorge Luis Borges. Ayer estuve hasta las tantas tomándome un algo con el calvo espúrio y cronofrisón de Luna de Agosto, sí, ese ser de cartón-piedra que responde al nombre de Francisco y cuyo craso cocorote parece balón de baloncesto. Pues eso, que nos vimos en un sueño, y ya que andábamos así, a media luz, nos dio por confesarnos poetas y poemas favoritos. Tú no veas qué desvarío, qué desfase, qué estripote, pa miccionar por los endrinos y más que echar gota, echar cominos, la verdad. Y casualidad de casualidades, los dos vinimos a reparar en que nos gustaban casi casi los mismos…, cómo puede ser esto es un misterio para mí. Somos seres totalmente contrapuestos y no nos parecemos ni en la forma del bigote prusiano que no tenemos pero deseamos.

LECCIÓN 12 – JORGE LUIS BORGES

Pues eso, que me di cuenta de que era el momento pero ya mismito de compartir con vosotros algunos de los poemas de Borges. Hablar del escritor argentino me parece baladí, cualquier página en Internet sobre él os dirá todo lo que necesitéis saber…, y con todo, Borges es, como dice el mismo Francisco en su poema Borges I,

La noche primera.
el cielo estrellado,
el aroma del ámbar,
el amor confundido y consumado,
el vórtice infinito de la misma muerte,
las mil formas de la Diosa Blanca,
el último aliento del Cristo,
el silencio estruendoso de las olas en el mar,
la sonrisa del Buda,
los besos perdidos,
los labios besados,
el escudo bruñido de Sigfrido,
la espada forjada en blanco fuego,
el idioma anglosajón y su canción:
el Beowulf, asesino de dragones
que regresará de entre los muertos,
la patria de Odiseo que no es patria,
la melancolía del arrabal,
el tango de lo que ya no existe,
el signo que cifra el fuego,
arena cubriendo el vientre de la tierra,
el hombre ciego que ve con sus manos,
la mujer que lleva en su cuerpo de estrella
la promesa de la mañana en primavera,
el ataúd que contiene la forma
en su vulgar forma de madera,
la substancia transmutada del vuelo del pájaro
y que se manifiesta nuevamente en cada gesto
de amor, amistad y prestancia,
la cruz, la roja luna y la forma de las runas,
el gato que bosteza al lado de la cama,
el escorpión en la mano del monje,
Medusa con ojos de piedra que convierten
a todo el que la mira a la verdadera vida.

Borges me ha dado todo eso,
y me estoy quedando corto,
pues todo me parece poco
para quien ha cifrado con sus versos
el misterio mismo del universo.
(Francisco José Francisco Carrera, “Borges I”)

De Borges, lo más importante que puedo decir es que es todo él maravilloso. Sus cuentos, su verso, sus ensayos…, no tiene límites, es una parte del Todo que a la vez se configura en Todo infinito e inconcluso. Y claro, he decidido elegir unos cuantos poemillas suyos, empezaré por este:

EL INGENUO

Cada aurora (nos dicen) maquina maravillas
Capaces de torcer la más terca fortuna;
Hay pisadas humanas que han medido la luna
Y el insomnio devasta los años y las millas.
En el azul acechan públicas pesadillas
Que entenebran el día. No hay en el orbe una
Cosa que no sea otra, o contraria, o ninguna.
A mí sólo me inquietan las sorpresas sencillas.
Me asombra que una llave pueda abrir una puerta,
Me asombra que mi mano sea una cosa cierta,
Me asombra que del griego la eleática saeta
Instantánea no alcance la inalcanzable meta,
Me asombra que la espada cruel pueda ser hermosa,
Y que la rosa tenga el olor de la rosa.

Poema maravilloso que parece indicar un despertar a la Realidad de lo que Es, a los sutiles movimientos del universo que nada tienen que ver con lo espectacular. Intimista y precioso, como el amor. Es el beso nocturno que robamos a la alborada. El rostro de Dios en cada rostro…, ay, es una auténtica pasada.


A mí siempre me han interesado profundamente las “mitologías del Norte”, debo haber sido vikingo en otra vida, o probablemente general sajón en Northumbria, Mercia o Wessex, aún recuerdo en sueños el tacto del acero antes de mi primera batalla, siento correr por mi garganta un licor amargo y cálido a la vez y el frío de la lluvia y la nieve cuando era niño y mis padres me enseñaban el áspero idioma del Beowulf y la batallas de Maldon y Brunanburh. Sé que este recuerdo de vida anterior no es mío del todo, creo que es de Francisco, pero el muy parapelao me lo ha insertao tan adentro del cocoroto que no me lo puedo quitar. Es un jubileo todo esto, una sistina infecta de alumbramiento e impiedad.

A por otro poema sobre las tierras del Norte…

EN ISLANDIA EL ALBA

Ésta es el alba.
Es anterior a sus mitologías y al Cristo Blanco.
Engendrará los lobos y la serpiente
que también es el mar.
El tiempo no la roza.
Engendró los lobos y la serpiente
que también es el mar.
Ya vio partir la nave que labrarán
Con uñas de los muertos.
Es el cristal de sombra en que se mira
Dios, que no tiene cara.
Es más pesada que sus mares
y más alta que el cielo.
Es un gran muro suspendido.
Es el alba en Islandia.

Sin comentarios.

Y luego Borges tiene esas joyas de luz a modo de poesía japonesa que te llenan el corazón de infinita felicidad…

Alto en la cumbre
todo el jardín es luna,
luna de oro.
Más precioso es el roce
de tu boca en la sombra.

O…

Triste la lluvia
que sobre el mármol cae,
triste ser tierra.
Triste no ser los días
del hombre, el sueño, el alba.

Y qué os parece este poema sobre el libro oracular chino I Ching (o I King, el libro de las mutaciones, un texto espiritual básico y bésico):

PARA UNA VERSIÓN DEL I KING

El porvenir es tan irrevocable
Como el rígido ayer. No hay una cosa
Que no sea una letra silenciosa
De la eterna escritura indescifrable
Cuyo libro es el tiempo. Quien se aleja
De su casa ya ha vuelto. Nuestra vida
Es la senda futura y recorrida.
Nada nos dice adiós. Nada nos deja.
No te rindas. La ergástula es oscura,
La firme trama es de incesante hierro,
Pero en algún recodo de tu encierro
Puede haber un descuido, una hendidura,
El camino es fatal como la flecha
Pero en las grietas está Dios, que acecha.


Proverbiales palabras, ciertamente. Por cierto, una ergástula (o ergástulo) es un “lugar en el que vivían hacinados los trabajadores esclavos o en que se encerraba a los esclavos sujetos a condena” (DRAE).

Pero bueno, que ya tenéis bastante “food for thought” para esta semana, os voy a ir dejando con mi poema favorito, unas líneas que todavía me hacen estremecer después de 1327,3 lecturas y es que este poema siempre pone en perspectiva mis prioridades en la vida. Es diáfano, creo, y no necesita la menor glosa. Que os guste:


EL REMORDIMIENTO

He cometido el peor de los pecados
Que un hombre puede cometer. No he sido
Feliz. Que los glaciares del olvido
Me arrastre y me pierdan, despiadados.
Mis padres me engendraron para el juego
Arriesgado y hermoso de la vida,
Para la tierra, el agua, el aire, el fuego.
Los defraudé. No fui feliz. Cumplida
No fue su joven voluntad. Mi mente
se aplicó a las simétricas porfías
Del arte, que entreteje naderías.
Me legaron valor. No fui valiente.
No me abandona. Siempre está a mi lado
La sombra de haber sido un desdichado.

Hoy, hijos míos, os llevaré en mi coronilla desde alta mar hasta la más baja orilla, así, tos juntitos y apretaditos, como cachorritos en manada, plácidamente, sin prisa alguna, picando pepinillos y aceitunas, disfrutando de las vistas, saboreando un atardecer de merengue y de nata y de crema con canela, ay, si es que os quiero como la pera al pero, o la juliana al julieno, ay, cositas mías de mi corazón, venga ya, todos a bordo, que tiempo habrá para charlar…

miércoles, 26 de mayo de 2010

LECCIÓN DE POESÍA NÚMERO 11



La calva de mi calva es una cosa tremenda.
A veces es refrescante como una buena caña,
a veces silenciosa, a veces inquietante,
a veces, incluso, un pedazo de elefante.

A veces huele a culo,
a veces huele a plantas,
a veces a cerudo
y a veces no huele a nada.

Y hay días sin horas,
ni minutos, ni segundos,
días de pura poesía,
como hoy,
días en que todo es verso,
todo,
así que os dejo con lo de siempre,
un poema,
mejor dos,
de un tal Hugh Prather,
y de su libro
“Palabras a mí mismo”,
flipante obra,
búscala,
no dejes de buscarla,
te gustará,
o no,
qué más da.

LECCIÓN 11 – HUGH PRATHER

Primer poema:

¿Por qué esta necesidad de analizar,
clasificar y etiquetar
cada nueva relación?

Para mí, el tratar de clasificar algo
tan complejo como un ser humano
sólo revela mi propia superficialidad.

Un juicio sobre alguien es una abstracción
que agrega cualidades inexistentes
y que despoja al otro de su singularidad.
Al clasificar a alguien lo convierto
en una cosa.
Mi único modo de tomar
contacto con alguien
es vivenciándolo, sin elucubrar sobre él.



Segundo poema:

Si alguien me critica, no me empequeñece.
Más que una crítica a mí es un despliegue
de su pensamiento crítico.
Está revelando sus pensamientos y emociones,
no mi ser.

Hace un tiempo, cuando defendía mis méritos,
buscaba desesperadamente la aprobación de la gente
pensando que su aceptación probaba algo sobre mí
pero, en realidad, sólo probaba algo sobre ellos.

miércoles, 12 de mayo de 2010

LECCIÓN DE POESÍA NÚMERO 10




A ver, a ver. Hoy me llueve hasta en los calcetines. Aquí estoy, a calzón volao, enfrente de todos, con los pelos de mi calva haciendo de crasa bandera ante los ojos del mundo. Y bien, diréis con razón, “tu eres calvo y, además, que lo sepas, eres también pelón”. ¿Moi, pelón, moi?, ¿que es lo que mabéis llamao…, calvo, pelón? Pues toma ramalimbombán poético en to los belfos, tracatrá, ¡hala, pechuga y cuarto y mitad!

Pero no, cariñosines vosotros, que el calvo peleón es obtusa bola de amor peludo a la vez que pelón, venid, pues, a los brazos de mis brazos, a los dedos de mis dedos, a los pelos de mi calva. Venid todos ya y corretead como jóvenes gacelas enamoradas por la mía nuca, por la mía frente, POR MI MISMA CALVA.

Ay, qué día más lleno de bístrocos ablunizantes, de pocosomotos indedentro del mimismo, ¿que no? Traedme a los necesitados de poesía, pues de ella tengo mis despensas llenas. Venid y coged lo que necesitéis, que todos los versos del mundo os pertenecen…

LECCIÓN 10 – KARMELO IRIBARREN
(Degustación de varios poemas con salsa de Realidad)


Hoy un donostiarra que tiene un verbo prodigioso, Karmelo Iribarren, que ando releyendo su libro “La ciudad” (Editorial Renacimiento). Ya veréis, ya veréis…; como otras veces, es mejor que no os cuente mucho de lo que viene ni me dé por interpretar, que pa lo que sirve realmente, pues eso, que me ahorro la saliva para escupir a los “melejunjes atroces que se nos comen los arroces”; sí, sí, todos estamos pensando en los mismos. Pues eso, al queso…, que vienen los ratones con sus tremendos nacasones (¿os acordáis de “Humor Amarillo”?)


Primer poema – Entrante delirante


LA FELICIDAD

Te sientas en una terraza
a tomar algo.
A pocos metros de ti,
niños y niñas patinan, saltan
a la comba, se pelean.
Enciendes un cigarro,
fumas plácida-
mente. Al fin llega
la cerveza: en su punto,
espumeante, fresca.

Cierras los ojos
y “esto es la felicidad”,
te dices.

Luego los abres
y ves a ese pobre viejo
hurgando en las papeleras.
(Karmelo Iribarren)


Toma yaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!!!!! Ahí es nada. O acaso ahí es todo. La pucha!!! Qué pasote de poemato. Buenusísimo, boca se me hace el agua y lo pieses fuego líquido. Venga ya el primer plato.

Segundo poema – Un primero de aquí te espero.

LAS MUJERES

No sé qué tienen
-además
de lo que tienen-, pero
sin duda
es mágico.
Capaces
con un mínimo
gesto
de hacerte desear
no haber nacido nunca
en un instante
y que al siguiente
te arrojes a sus pies, pasan
siempre de largo.
Sus miradas
desarman.
Sus caricias
te pueden reducir
a un pobre
imbécil. Son
como el alumbrado
de la vida.
Las mujeres. Lo máximo.
(Karmelo Iribarren)


Quéeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee riiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiico. Leches, esto mejora y mejora. Ahora algo con mucha sustancia que mi tripota hoy es tripota de poeta hambriento.

Tercer poema – Lo que no mata engorda pero ¿lo que no engorda mata?

SI NO FUESE POR ESTOS MOMENTOS, ¿EH?

Un heavy borracho,
con la chuscarra
del canuto
apagada
en los labios,
balbuceándome
que si le dejo poner
un cartel en la puerta,
que son un grupo guapo,
Los Nervios,
y que tocan el viernes 23
alas 11´45
y que no falte.

Y yo diciéndole
que de qué mes,
porque hoy es sábado 24
y a mí
antes de las 7
no me vacila
ni mi padre.
(Karmelo Iribarren)


Veeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeenga más para el cuerpo humano y gentil que se me exgruta por minumentos. Trácamela ya mismo. Moluna!!!

Venga paracá el postre!!!!!!!!!!!!!

ESO ERA AMOR

Te veía
llegar,
cruzar la puerta,
darme un besazo en el morro,
mirarme a los ojos
de esa manera única,
como sólo tú miras
a los ojos: rompiendo
el calendario.

Te veía
hacer esas cosas sencillas
que tú haces
para que el mundo
entre en razón;

y no sabía
a quién
darle las gracias.
(Karmelo Iribarren)


Dulce hemos acabado, dulces hemos de irnos.
Un besuco de estuco y un abrazo de lazo, hasta dentro de quince días os llevaré en mi regazo.

miércoles, 28 de abril de 2010

LECCIÓN DE POESÍA NÚMERO 9


¿Y por qué me dio a mí por leer poesía? Creo que fue por pura casualidad. Yo diría que en estando en el baño haciendo de vientre (corazón) me vi sin papel (que unos llaman higiénico y yo le digo “palculo”) pero con libro de poemas cerca, así que antes de servirme de lo impreso pa limpiarme to lo grueso me puse a leer pa no malgastar las palabras tan bien entintadas. Y así, aliviado intestino con mucho tino, me gustó lo que leía y desde entonces tomé dos decisiones: 1) tener siempre un rollo de papel “palculo” de repuesto cerca del inodoro (que en spanglish se dice “lo que huele to pa dentro") y 2) seguir leyendo poesía.

LECCIÓN 9 - DOKUSHO VILLALBA
("Son las 12 y yo con estos pelos")

Ay…, qué recuerdos, qué cosas os vengo a contar de mis movimientos estomacales, de mis pasados fecales,¿no? Siendo vosotros chicos finos, chicas pulidas en la sutileza del amor cortes y estomagante, ay, siendo tan lo más de lo más, seguro que os parezco un zurullo calvo y peleón, agghhhh, pues sí, es lo que soy. Una verruga que se enquista en la parte más rastrera del bajo vientre, soy el azote del buen gusto, el cuesco maledicente que se os cuela por el culete cuando bajáis en ascensor con el vecino del quinto (sí, ese tan fino y pudiente).
AgggggggggggghhhHHHHHHHHGGKSDHFASJHFKASDJÑFHASDKJASDFJÇ
Nada me puede parar. Nada ya me detiene..., pero a lo que iba..., que se nos hace tarde.
Lo mejor de la poesía es leerla porque sí, sin más, pues, como todas las cosas que merecen la pena en la vida, no va más allá de lo que ES. Ahí es nada. Lo que ES. Como diría el Mota, lo que Es, es, porque ser pa na es tontería (sí, ya sé que es cita apócrifa, pero parece real y todo).
Así, hoy comparto con vosotros un aliento fresco de vida tal como ES. Ni siquiera intentaré comentar lo que sigue, sólo lo disfrutaré con vosotros y en vosotros. Ni os voy a contar nada sobre el autor, si queréis saber más, os lo buscáis vosotros…, sí que os adelanto que es un maestro Zen nacido en Utrera, Sevilla. Lo flipas. Su página web es la siguiente http://www.dokusho.eu/, por si tenéis un rato y ya os adelanto que el tipo este mola mogollón.

Os dejo con un peazo de poema suyo que quita el hipo…


"Son las doce y yo con estos pelos!"

Están a punto de dar las doce de mediodía
y aún no he hecho nada útil.

Me he dejado dormir
hasta que el sol de la mañana llamó
directamente a mis párpados
tras asomarse sobre la colina
e iluminar con su resplandor
las motas de polvo que flotan en mi cuarto.

Desde la ventana he contemplado el bosque radiante
y he visto que el mundo no me necesitaba hoy para salvarse.
Así que he remoloneado un rato
siguiendo el arte de no hacer nada.

Son ya las doce de mediodía
y sigo sin hacer nada.

Ni siquiera he fregado los platos de la cena.
No he hecho la cama,
ni he firmado aún ningún manifiesto anti algo.
No he mirado mis valores en Bolsa,
ni he preparado discurso alguno,
no me he cepillado los dientes
y permanezco todavía macerado
en el olor animal de mi sudor nocturno.

Estoy sin afeitar,
con un calcetín de cada color,
y ni siquiera he entrado en facebook.

No he pensado en la crisis económica,
ni en el calentamiento global,
ni me he enfurecido aún contra la última canallada del imperio.

Hoy no tengo cuerpo para salvar el mundo.

No necesito manufacturar ni comprar ningún objeto.
No siento avidez de entretenerme con el último espectáculo.
Ni siquiera tengo ganas de leer el periódico,
ni espero que suene el teléfono abriendo
insospechadas posibilidades para el día.

Nada existe ahora más allá del murmullo del viento
en las copas de los pinos.
Nada, más allá del aroma del café mañanero
despertando mis glándulas olfativas.
Más allá del bostezo de Nimú, mi gato compañero,
no hay nada.

Absorto en el instante,
la dicha brota del no hacer,
no pensar,
no ser
siendo todo cuanto contemplo
en la inmediatez espacio
en el que me disuelvo.

Tal vez mañana no tenga más remedio que hacer algo,
pero hoy,
ahora,
pasadas ya las doce,
sigo embelesado
en un espacio sin tiempo.

Es domingo.

La realidad se basta y se sustenta a sí misma
sin mi esfuerzo,
así que
simplemente
descanso en la paz de los muertos
con los ojos bien vivos
y el corazón plenamente abierto.

(Dokushô Villalba)

miércoles, 14 de abril de 2010

LECCIÓN DE POESÍA NÚMERO 8

Nuestro amigo Winterbottom, como sabéis, anda metido el palomo en su singular viaje en busca de la realidad..., yo, después de estas vacaciones he comprobado que la realidad no va más allá ni más acá de mi calva y eso me pone las cosas en perspectiva. A saber, para un calvo, la realidad es calva. Así, sin más.


LECCIÓN 8 - HOY LEEMOS A FELIPE BENÍTEZ REYES
("Estampa Matinal)


Y bueno, el poema que os presento hoy es una clara muestra de lo que es, al fin y al cabo, la realidad. Felipe Benítez Reyes es un escritor gaditano que nació en 1960, ha desarrollado una prolífica obra literaria pero su obra poética ha sido excepcional, en su libro del año 2000 Escaparate de venenos (pedazo título, oye) está la siguiente joya:

"Estampa matinal"

El mendigo que cruza, con orgullo de príncipe,
ese paso de cebra de la gran avenida
con su abrigo dramático y sus bolsas repletas
de inservible quincalla y un menaje caótico,
sintiéndose el señor de la ciudad
cuando frenan los coches, reverentes,
ante Su Majestad Lunática.

Alguien compra el periódico local
para sentirse atónito ante el mundo
y busca información sobre su caos
de guerras y de fraudes,
y se encuentra el anuncio
del último modelo de un coche de alma alquímica
o la oferta tantálica de un viaje a la magia
de Tailandia o Marruecos.

Una anciana, tras mucho razonar,
convence a su perrillo valiente de que no
le ladre a los mendigos ni a ese hombre
que lee en el periódico
la noticia de un nuevo asesinato
freudiano, pasional y tragicómico,
con su lírico espanto de azar y alevosía.

Alguien sale a la calle
-a esa hora, algo tardía ya, de la mañana
en que las putas vampirescas
suelen tomar el desayuno
en pequeñas cafeterías envueltas en la bruma
de la mantequilla caliente-
y observa con un cierto fatalismo
el atasco formado ante el cadáver
de un perro atropellado
por un coche amarillo - y una anciana que oscila
entre el grito y el llanto.

¿Y qué es la realidad?

¿Y qué es
la realidad?
(Felipe Benítez Reyes)

La realidad..., ah, la verdadera y única realidad. Anda, colega, que nos pregunta tú ná.

Pues eso, coleguis, que nos vemos allí, en la realidad.

miércoles, 24 de marzo de 2010

LECCIÓN DE POESÍA NÚMERO 7

Hay días en que este
Cocoroto
calvo y loco y craso y colorido
no entiende de
palabras
y quisiera que,
entre ladrido y ladrido,
supiera hablar
con su silencio

para todos los oídos.

Hoy es uno de esos
días.

¿Y entonces
-preguntáis compugidos-
no habrá poesía?

Tranquilos, hijos míos, poemas habrá siempre. Como os había prometido.
¿Qué tal uno cortito? Sin explicación, que no hace falta, sólo el poema, su silencio que habla, sólo el susurro de lo intuido resonando en nuestra presencia que celebra toda ausencia...
¿El mundo
siempre fue así
o ahora
se ha vuelto
sólo por mí tan triste?
(Anónimo, Antología Kokinshu)
¿Os ha sabido a poco? Pues tengo otro.
Mi arma siempre tiene un último poema en la recámara y abro fuego...
Ha de volver
este tiempo, lo sé.
mas para mí,
que no he de volver,
es único este día.
(Ki no Tsurayuki)
Y a la espera del próximo fogonazo, queridos míos, el cocoroto versoherido os dice "hasta pronto" y un sentido "me las piro".





martes, 9 de marzo de 2010

LECCIÓN DE POESÍA NÚMERO 6




Hoy es un día de cielo, arena y cuchillos afilados. De penumbra hiriente. De salvajismo inveterado. De castaña en to los dientes. De limpiar los baúles del alma, de formatearnos el cerebro y olvidar los malos rollos. Hoy es un día real, ahí es nada. Hoy, colegas de los versos, es de verdad. Mirad detrás de vosotros, ¿qué veis? La pura realidad. Ahora delante, ¿y? Lo mismo. Toma ya. Hemos descubierto de qué va el juego de la vida, de ahora en adelante, lo mismo pero más...


LECCIÓN 6 - HOY LEEMOS A GLORIA FUERTES


¿Qué sabéis de Gloria Fuertes? Me imagino que la imagen que perdura en la mayoría de vosotros es la de aquella mujer de voz peculiar, versos fáciles para niños y fácil de parodiar. Pero Gloria, ay Gloria de mi vida, Gloria era una voz que provenía del centro mismo del universo. Era una mujer que en sus labios había destilado la esencia misma del fuego, el sabor infinito del mar y la profundidad agridulce del corazón enamorado no correspondido. Gloria nació en Lavapiés en 1917 y rápidamente dejó claro que ella no era ni hombre, ni mujer, ella era lo que era:
la luz del otoño al atardecer, la nieve de diciembre en el rostro del muerto, el rayo de sol que en verano nos hace querer ser pieles rojas, la brisa primaveral que nos roba la razón con la alegría de ser todo corazón. Ay, Gloria infinita. Ay, Gloria de Dios. Ay.

Pues que sepáis que Gloria fue sobre todo y "por la gloria de sus versos", poeta. Y qué poeta. Sideral, estrellina, fascininta, opipulenta..., o más... Ay, Gloria mía. Ay. Gloria de todos y ninguno.

De ella son esos versos tan maravillosos que dicen:

Una tarde al llegar a casa
me encontré la sorpresa de quererte,
fue una bomba en mis manos.
(¡Qué barullo en la herida!...)


Qué pasada, qué bonito, qué lleno de vida y de muerte. Eso, leches, eso mismo es el "darnos cuenta de que estamos enamorados", ¿verdad? Vemos a alguien un día, otro, otro más..., y una tarde, justo al llegar a casa y dejar nuestros bártulos en la habitación, ZAS, todo se nos viene al pecho, todo y mucho más, ay, Gloria de cielo y Gloria de tierra, nos damos cuentas de que estamos enamorados y eso es una bomba que no tenemos ni pajolera idea de cómo manejar. Para eso no sirven ni padres, ni escuela, ni amigos, no se puede enseñar..., el amor hay que vivirlo y cada vez que ocurre es distinto y no sirve de nada lo que ya sabíamos... Osplis, qué maravilla es eso del amor. Cómo me gusta, con sus alegrías, tristezas, locuras, silencios. Ay, Gloria de vida, ay, Gloria de muerte, ay, Gloria estupenda.

Gloria también nos dijo en un minipoema que


HAY TRES CLASES DE PERSONAS

Hay tres clases de personas:
Las que sudan
las que tosen
y las que son felices.


Y yastá, qué más puedo decir ante esto...

Pero el poema que he elegido para hoy es el que sigue...

UNA DE LA MADRUGADA EN MADRID



...Y no hay dónde llamar - como en América - ,
que llamas y te atiende un sacerdote
- doctor en psiquiatría -;
...y no hay dónde llamar - que no hay tu tía - ;
...que se inunda la casa,
a chorros mueres...



...Por la mañana azul ya es otra cosa,
te afeitas o te pegas maquillaje,
te pones el vestido o tú el traje,
coges el autobús y eres un muerto.

Ay, Gloria. Cronista de la vida y de su esencia. Tú, que lo ves todo, ¿me dirás qué corazón ponerme hoy que me duelen hasta las pestañas? ¿Me ayudarás esta tarde en la que no sé cómo mirar el mundo sin echarme a llorar? Y sí, claro que me echarás una mano, cómo no..., con tus poemas, con tu recuerdo. Tú, maravilla y Gloria bendita, has sabido beber de cada charco, sacar las espinas más bellas de las rosas atroces del amor que lacera y cura y embriaga y no espera. Ay, Gloria mía. Ay, Gloria de mi corazón.
Y hoy, para acabar, tengo que hacerlo con un poema de ese ser que absorbe quédamente la insolente esencia del horizonte, Francisco José Francisco Carrera, ominoso e inefable a la vez, porque él mismo ha reconocido la grandeza de esta Gloria. Con él, y que no sirva de costumbre, acabo hoy mi entrada:

APOLOGÍA DE GLORIA
Por Francisco José Francisco Carrera

Aconsejaba beber hilo
(y era sabia en la materia),
hacerlo con cierto sigilo
para no llenarse las arterias.

Era gloria fuerte y bendita,
era vaca enmaromada,
una princesa oscura y maldita,
una bruja enamorada.

De aquello que dejó dicho
a mí todo me gusta mucho,
quizá porque era un poco bicho
o porque yo soy mucho chucho
.

Hay días en que quisiera ser ella,
ser así, fresca y malhablada,
no ser esta niña sosa y bella,
ser pelirroja y calva, DESCARADA.

Ay, hija mía, cosita linda,
cómo puedo hacerte el amor,
si tú eres un simple guinda
y yo, una triste coliflor.

Estos versos no son míos,
ni tampoco son de otro,
son el mar, el lago, el río,
son las líneas de mi rostro
.

Estoy ahíto de hilo puro,
estoy cansado de ser la morsa,
más allá del alto muro
sólo me quedan sus esposas.


Tun turuntún atito,
este ritmo me se incrusta
como zumbido de mosquito
pero, vaya, no me asusta.

Y bien, que me va entrando gusa,
te doy las gracias amada Gloria
por haber sido mi musa
con tu cuerpo lozano de noria.

Repito pues que ella aconsejaba
ponerse de hilo hasta las patas,
yo lo he hecho, de pura baba,
y lo sigo haciendo hasta las tantas.

Y yo, ducho en cosas vanas,
os aconsejo ser morados
y a sabiendas besar ranas
haciendo de reyes, cardos

y de cardos, empanadas.

viernes, 19 de febrero de 2010

LECCIÓN DE POESÍA NÚMERO 5



Hoy me he levantado con ganas de dar a la gente un beso en to los morros, así, sin previo aviso, beso en to los morros y yastá. Cogerlos desprevenidos, pensando en la compra, el trabajo, los hijos; pensando en llevar el coche al taller, en cambiar las cortinas, en el examen de Juan; pensando en sus padres, la fiesta del sábado, en ir a misa el domingo; pensando en qué harán de comer, en cuándo comerán o si acaso podrán comer; pensando en todo y en nada al mismo tiempo, que es lo que solemos hacer. Pues eso, llegar y "TOMA" besaco en tol morraco, así porque sí y sin más, porque besar mola y tendríamos que besarnos más. ¿Para cuándo el día del abrazo sudoroso? (que es el único dado de verdad), ¿para cuándo el beso con sabor a pica-pica, o a chicle de menta, o a agua de lluvia, a barro, a amistad? ¿Qué leches estamos haciendo que no los creamos ya? Pues eso, que me apetecía besar todo lo besable, a la gente en los morros, en las calvas, en las tochas y las gafas, qué más da. Besar la encimera, el cristal. Besar las baldosas de mi portal. Leches, besar, besar y besar.

Y este rapto de besuquería, os preguntaréis, que le ha dado al gran Cocoroto, ¿es habitual, o sino misterioso, es habitual o es cosa de un día? Es lo que es, y ya está. No preguntéis más. Besar o no besar, qué más da, pero menos uso del seso y más beso así, sin más. Good. De todos modos, cuando pienso en los besos siempre me acuerdo de una de las escritoras más maravillooooooooooooooooooooosas de todos los tiempos, Ernestina de Champourcin, which reminds me a qué he venido...



LECCIÓN 5 - HOY LEEMOS A ERNENTINA DE CHAMPOURCIN

("El beso")


Ernestina es una figura especial en nuestra literatura, una gran poeta y una luna aceituna con alma de brisa y de mar. Aunque encuadrada en la generación del 27, su aliento poético, me parece, va mucho de más allá hacia mucho más acá. Exiliada tras la guerra civil, Ernestina es una mujer del mundo que estuvo en constante uso y desuso de 6 idiomas. Escritora, traductora e intérprete, Ernestina era, sobre todo, un ser poético en un cuerpo de mujer. Su visión es a la vez profana y divina, espiritual y corporal. Bien es cierto que su poesía se va haciendo con el tiempo más meditativa, fluyendo su río discursivo hacia una mayor transcendencia, si es posible. Sin embargo, el poema que yo considero imprescindible se encuentra en su poemario titulado Cántico inútil, publicado en 1936. El poema, claro está, se titula "El beso", y dice así:

"El beso"

¡Tus labios en mis ojos!
Qué dulzura de estrellas alisa lentamente
mis párpados caídos...
Nada existe del mundo. Sólo siento tu boca
y el temblor de mi espíritu hecho carne de luz.

Sé cruel al besarme. Desgarra mis pupilas
y arranca de su sombra la lumbre de mi sueño.
Con ella te daré mi última mirada.

¡Abrásame los ojos! Que el peso de tus labios
despoje mi horizonte de lo que tú no has visto.
Quiero olvidarlo todo y anularme en la niebla
que ciñen tus caricias.
(Ernestina de Champourcin)



¿Acaso puede un poema ser más exquisítamente delicioso? ¿Puede ser a la vez muestra primordial de amor divino y carnal? En mi opinión todo esto es posible y para ejemplo claro de esto es lo que habéis leído. Uno, cuando va leyendo poemas, se va dando cuenta de que un número de versos siempre habían estado dentro de sí mismo sin saberlo, es como una "memoria del mundo" que había en lo particular, no sé si me explico. En mi caso, yo sé que soy los versos que dicen "Sé cruel al besarme. Desgarra mis pupilas/y arranca de su sombra la lumbre de mi sueño./Con ella te daré mi última mirada". Ya no es, como os decía, que esos versos estén en mí, no es fácil saber qué fue primero, acaso yo estoy en esos versos y no tengo realidad fuera de ellos. Pero da lo mismo..., todo sigue girando y cada vez me apetece más una cerveza. Hoy no voy a intentar explicar nada del poema, sería una tontería, lo "absoluto" no puede explicarse de forma "parcial" porque dejaría de ser absoluto, tan sólo abrid los ojos, y después el corazón, dejad que entren los besos profundos que desgarran lo falso para dejar salir a la luz la verdadera sombra de lo oculto. Y si tenéis que llorar, llorad, y si os apetece reir, reid...

Yo, como os decía, necesito ahora de priva, así que mientra me pimpo mi birra bien fría lo mismo pienso en vosotros, o lo mismo no pienso en nada.

Desde esa nada o ese algo os mandaré un beso enorme y pendenciero para que os haga compañía un poquito cada día hasta dentro de dos semanas.

miércoles, 10 de febrero de 2010

LECCIÓN DE POESÍA NÚMERO 4



A las buenas naranjas de Valencia (o "torrenos" de Soria, como gustéis), cocorotónamos del mundo (UNITE!!!), here we go one more day con los mismos pelos en la calva y más tripa que rascar…

LECCIÓN 4 – HOY LEEMOS A SOPHIA DE MELLO BREYNER ANDRESEN
(“Exilio”)

Hoy quiero hablaros de una escritora que mola cantidad, Sophia de Mello Breyner Andersen. Sophia nació en Oporto en 1919 pero tenía ascendencia sueca (de ahí sus apellidos) pero mejor que seguir con datos biográficos, que os cuente ella algo…


“En mi infancia, antes de saber leer, ya me habían enseñado a aprenderme poemas de memoria. Tuve la suerte de conocer el poema antes de conocer la literatura. De hecho yo era tan niña que ni sabía que los poemas los escribían personas, más bien creía que eran consustanciales al universo, que eran la respiración de las cosas, el nombre de este mundo dicho por él mismo”

o

“Un poema fue siempre un círculo trazado alrededor de una cosa , un círculo donde el pájaro de lo real queda preso” .

Un personaje fascinante, ¿no os parece? Así que venga, si queréis saber más, pues ya sabéis, os lo buscáis vosotros mismos que para eso tenéis medios, leches, que hoy en día es fácil acceder a cualquier tipo de conocimiento (menos al que más importa, pero ese es otro tema). Todos sus poemas son deliciosos.

La poesía de Sophia es quintaesencialmente lírica, es poesía pura sin pulir pero totalmente pulida, es como si saliera del centro mismo del universo, del lugar eternamente estático del que procede todo movimiento. Es luz, así, en fogonazo, en to las tochas, de esa luz que te deja patas parriba y sin aliento. Así, lo que más me fascina de esta tía es cómo expresa lo que no dice, de qué manera ofrece ausencias en presencias evanescentes. No es tan importante lo que dice el poema, como lo que no dice…, y para muestra, hoy tenemos dos poemas por el precio de uno, que seguimos de rebajas. Ahí van, apretaros los machos que esto viene con turbulencias… (primero tenéis el original en portugués y luego la traducción al español):

“Exilio”

Espero tecendo os dias
Imagino e contemplo.

Num país sem flores onde o mar nao é mar
E enigma sao os navios,
Eu nao entendo o sentido das velas
Tenho fome e sede de horizontes frios.


Traducción:
Espero tejiendo los días
Imagino y contemplo.

En un país sin flores donde el mar no es mar
Y enigma son los barcos,
Yo no entiendo el sentido de las velas
Tengo hambre y sed de horizontes fríos.


El segundo poema no tiene título:

Terror de te amar num sítio tao frágil como o mundo.

Mal de te amar neste lugar de imperfeiçao
Onde tudo nos quebra e emudece
Onde tudo nos mente e nos separa.


Traducción:
Terror de amarte en un sitio tan frágil como el mundo.
Mal de amarte en este lugar de imperfección
Donde todo nos quiebra y enmudece
Donde todo nos miente y nos separa.


Ay, amigos, no sé cuál de los dos me parece mejor. El primero me gusta porque yo siempre he sentido en mi crasa calvorota lo mismo, ese “hambre y sed de horizontes fríos”. También es fascinante la imagen del telar a lo Penélope y que también me recuerda a las Moiras (Parcas o Nornas, como gustéis). Pero es que el segundo es… pura poesía, pura vida, verdadero amor. Cómo amarnos en algo tan frágil como el mundo, ¿verdad?, pero, after all, cómo NO amarnos en el mundo. Si no nos amamos en el aquí y ahora todo se nos va a la mierda. Y eso si que no…

Nada más por hoy, levantad las copas y brindad por el vacío con la mirada llena de vida.
Mañana, no lo tenemos seguro, será otro día, pero HOY, eso sí que es seguro, es el día.
Que sepáis que mientras os cuento esto, estoy rascándome el pandero (y me da un gustirrinín…), eso no sé si lo he dicho en bajo o lo he pensado en alto..., bah, tanto da. Ta pronto en Toronto.