miércoles, 14 de diciembre de 2011

LECCIÓN DE POESÍA NÚMERO 25


Ay…, Dylan Thomas, Dylan Thomas, Dylan Thomas.   La otra noche me fui de farra con Francisco, ya ves, hacía mucho que no nos daba por pelar la noche con pandereta y zapatillas así que dijimos, qué coño, vamos a destrozar cada calle a base de versos y besando a todo vecino que vista su alma para fuera.  Fue brutal.  Nos hinchamos a beber poleos menta e infusiones de tomillo, comimos como salvajes mandarinas y pomelos hasta que se nos puso la piel color ciruela y así, colocados de “buena vida”, nos pusimos a recordar viejos tiempos, aquellos en que ambos teníamos pelo, ya poco, pero que aún nos cerraba el chakra axial ese del perolo (para aquellos interesados, es el llamado séptimo chakra “sajasra-ara” que tiene la forma de una flor de loto invertida y se sitúa justo en la coronilla) un poco y evitaba que se nos resfriaran las energías alternativas.  Y va Francisco, todo puesto de infusiones, y me espeta que el poeta que más le había influenciado en sus años de formación (de deformación, le corregí yo) era Dylan Thomas.  Me dejó de una pieza, porque también era un escritor esencial para mí.  Seguía Francisco recordando una mañana en que cogió el autobús para ir a uno de los institutos en los que enseñaba español cuando vivía en Oxford, decía que se había pasado toda la noche leyendo a Thomas y que iba totalmente mesmerizado, sin desayunar y todo “puesto de poesía” (sus palabras), y recordaba cómo su primer poema original en inglés se le formó de manera hipnótica mientras veía pasar el tráfico bajo la lluvia por la ventana del autobús.

Pero vamos a lo que nos importa... 

TERCERA TEMPORADA - LECCIÓN 25 - DYLAN THOMAS



Con esto en mente, me he decidido por traeros un pedazo de poema de Dylan Thomas para esta segunda clase.  No ha sido fácil elegirlo, que tiene tantos y tantos alucinantes, pero estuve de acuerdo con Francisco en que su poema más volátil (a saber qué entendía él por volátil) era "La fuerza que por el verde tallo impulsa la flor".  Reconozco que nunca lo había leído en español y que buscando una versión para todos vosotros me he encontrado con varias traducciones maravillosas.  Me quedo con esta, de Esteban Pujals.  Espero que os guste, o algo.  En seguida estoy con vosotros.

La fuerza que por el verde tallo impulsa la flor
impulsa mis verdes años; la que agosta la raíz del árbol
es la que me destruye.
Y yo estoy mudo para decirle a la rosa doblada
que dobla mi juventud la misma invernal fiebre.

La fuerza que impulsa el agua entre las rocas
impulsa mi roja sangre; la que seca las ruidosas corrientes
vuelve cera la mía.
Y yo estoy mudo para decirles con mi boca a mis  venas
que la misma boca bebe en la corriente del monte.

La mano que arremolina el agua del estanque
remueve la arena; la que amarra el soplido del viento
detiene mi vela de sudario.
Y yo estoy mudo para decirle al verdugo
que su cuerpo vil está hecho de mi arcilla.

Los labios del tiempo sorben del manantial;
el amor gotea y se recoge, más la sangre vertida calmará sus pesares.
Y yo estoy mudo para decirle al viento de un tiempo
que el tiempo ha marcado un cielo alrededor de los astros.

Y yo estoy mudo para decirle a la tumba de la amada
que en mi sábana avanza encorvado el mismo gusano.

(Si quieres leer el original en inglés, pincha aquí)

Para mí, esto es una “vuelta al corazón de las cosas”, es un canto a la vida y a la muerte por igual, un regreso al bosque oscuro que ilumina, a la piedra, al musgo (¿hay alguien behind the musgo or behind the corteza?), a la medusa amante y madre que se precipita hacia la espada primordial.  Es todo eso y más.  Lo leo y me dejo ir en pos de sus versos, dejo de ser yo para ser tú y aquel otro y aquel otro "otro" y así no ser nadie por fin y por fin perderme por y para siempre en el vórtice infinito de tu mirada.  O sea que me monto en el primer verso, con eso de la fuerza y el tallo verde, y desde allí todo arropado por la carne del poema se me hierve la sangre y me evaporo to juntito hasta arriba del techo para desmoronarme ahíto ya de feliz muerte y vida eternizada.  Y después me vuelvo para el mundo y me preparo un bocata de sardinas bien aceitosas y me las papeo gritando por el patio de vecinos tacos infames y palabras tan hermosas que las farolas se derriten de pura alegría sónica.

Espero que os haya gustado este segundo poema, quedan todavía unos cuantos, así que ya sabéis dónde estoy, quejas y peticiones siempre para este lado de acá, que todos sois bienvenidos.

Hasta dentro de quince días, chiquitines, lindosones.

martes, 29 de noviembre de 2011

LECCIÓN DE POESÍA NÚMERO 24

De nuevo con los bolsillos llenos de poemas...

Libélulas mías, cuscurritos de pan con ajo, cebollitas tiernas, amados todos, por fin he regresado desde el mundo de los calvos a vuestros florizontes.  Consiento, pues, en abrir mis sobacos y esparcir con mi cutícula baja y mi fleronero nuevo todos los aromas que ha habido en el Universo. 
Ah, qué bueno estar de vuelta.  Cual calcetín de invierno en verano, me he doblado sobre mi mismo y he dormitado hasta que se me pinzaron los tersulenos de atrás, y así, to doblado, oye, me he levantado como nuevo, cara de espejo y manos con cinco dedos. 

Y regreso a mi aula, este lugar de poesías y amigos y cafés y bocadillos de callos a la madrileña, ahí es nada, para empezar curso nuevo, ya nuestra tercera temporada.  Señor, señor, en qué momento se me gestó, así, tan clarihuevo, tan saltoentolajeta, tan yomismo o tumismo o élmismo.  Pues eso, que a clase de nuevo, mis queridos hermanos.

Inicio hoy mi 3º temporada en la red, esta vez con poetas británicos e irlandeses, que sé que, a su manera, son los favoritos de mi amigo Francisco, quien sigue en la Luna de Agosto aunque sea ya noviembre.

Y está claro que el temario tenía que empezar con mi poema favorito de los sábados lluviosos, “Si” de Rudyard Kipling.

TERCERA TEMPORADA - LECCIÓN 24 - RUDYARD KIPLING

Tan lindo él...


Kipling es una de las figuras más famosas de las letras inglesas y me imagino que muchos habréis oído hablar de él, especialmente famoso por sus relatos para niños, a mí me gusta sobre todo como poeta.  Fue uno de esos escritores que tuvo varios días inspirados, pero aquel en el que concibió su poema “Si” fue, creo, el mejor de todos.
Venga, colegas, vamos a ponernos recitativos y lanzarnos en caída libre, que es como mejor sabe la poesía.  A ello…

Si

Si puedes mantener en su lugar tu cabeza cuando todos a tu alrededor,
han perdido la suya y te culpan de ello.

Si crees en ti mismo cuando todo el mundo duda de ti,
pero también dejas lugar a sus dudas.

Si puedes esperar y no cansarte de la espera;
o si, siendo engañado, no respondes con engaños,
o si, siendo odiado, no te domina el odio
Y aún así no pareces demasiado bueno o demasiado sabio.

Si puedes soñar y no hacer de los sueños tu amo;
Si puedes pensar y no hacer de tus pensamientos tu único objetivo;
Si puedes conocer al triunfo y la derrota,
y tratar de la misma manera a esos dos impostores.
Si puedes soportar oír toda la verdad que has dicho,
tergiversada por malhechores para engañar a los necios.
O ver cómo se rompe todo lo que has creado en tu vida,
y agacharte para reconstruírlo con herramientas maltrechas.

Si puedes amontonar todo lo que has ganado
y arriesgarlo todo a un sólo lanzamiento ;
y perderlo, y empezar de nuevo desde el principio
y no decir ni una palabra sobre tu pérdida.
Si puedes forzar tu corazón y tus nervios y tus tendones,
para seguir adelante mucho después de haberlos perdido,
y resistir cuando no haya nada en ti
salvo la voluntad que te dice: "Resiste!".

Si puedes hablar a las masas y conservar tu virtud.
o caminar junto a reyes, y no distanciarte de los demás.
Si ni amigos ni enemigos pueden herirte.
Si todos cuentan contigo, pero ninguno demasiado.
Si puedes llenar el inexorable minuto,
con sesenta segundos que valieron la pena recorrer...

Tuya es la Tierra y todo lo que hay en ella,

y lo que es más: serás un hombre, hijo mío.

¿Acaso se puede pedir más?  Kipling nos da las pautas que debieran regir nuestras preciosas vidas.  Este poema es, para mí, el libro de “espiritualidad” más corto jamás escrito.  Y bueno, desde hace años y años, es de las piezas que leo y releo cada poco tiempo.  Aquellos de vosotros que sepáis inglés, no dejéis de leerlo en el idioma original (pinchad aquí, por ejemplo), que tiene un sabor aún más puro (si cabe).

Os dejo ya mismo, que aquí no hay nada que glosar ni que rascar, y que me va entrando gusa y hoy tengo para cenar tortilla de torreznos (o tortilla y torreznos, no me acuerdo).

Besos y versos para todos.

viernes, 29 de julio de 2011

LECCIÓN DE POESÍA NÚMERO 23

De nuevo el Coco Roto se aventura en la densa foresta de los versos norteamericanos y esta vez con la última lección de la Segunda Temporada para inaugurar las vacaciones de verano con estilo.  A ello vamos.

SEGUNDA TEMPORADA  - LECCIÓN Nº 23 - SYLVIA PLATH

Hoy es un día especial porque quiero hablaros de una de mis poetisas favoritas, la siempre maravillosa Sylvia Plath.  A estas alturas parece que Plath es más conocida por cómo murió que por cómo escribió.  Como muchos sabréis, Plath se suicidó un 11 de febrero de 1963 durante uno de los inviernos más fríos que ha conocido Londres (donde residía la escritora americana desde hacía algún tiempo).  La historia es sobradamente conocida, atormentada por su separación y profundamente deprimida ante los reveses de la vida, no pudo soportarlo más y decidió asfixiarse con gas, habiendo sellado impecablemente las habitaciones de sus hijos para así protegerlos y dejándoles leche y galletas para que no pasaran hambre.  No tengo palabras, tan sólo lágrimas y una profunda sensación de ternura y tristeza a la vez.  Preparando esta entrada me entero ahora de que su hijo, Nicholas Hugues Plath, también se suicidaría, el 16 de marzo de 2009, y se me quiebra el corazón un poco más ante la fragilidad del mundo y su textura de seda y acero.  Y es que su madrastra también su suicidaría, llevándose en el acto a su hija de 4 años Shura, y también con gas por lo que parece que era difícil para Nicholas salir de esa terrible espiral de pena negra. Un dato inquietante a la vez que esclarecedor, por decirlo de alguna manera.  Sí os aconsejo, si sabéis inglés y tenéis la oportunidad, la lectura de la novela Wintering (a novel of Sylvia Plath) de Kate Mosses (desconozco si ha habido traducción al español), siempre y cuando os interesa acceder a una novelización de la vida de Plath.  Para mí era necesario.  He estado fascinado con su figura desde que leí sus poemas por primera vez en un invierno húmedo y frío en Oxford.

Y después de estas palabras, a ver con qué cuerpo me pongo yo a hablar simplemente de poesía, si es que hablar de poesía es simplemente hablar de poesía, claro.

Mejor será descender hasta la gruta espectral de los versos de Plath, donde conviven los silencios más profundos con las voces más delirantes y desgarradas.

Es tal la potencia de sus versos que la entrada de hoy no necesita glosa alguna.  Os dejo con ellos y este liso cocorote se queda pensando en lo que fue y ya no es, con el corazón en silencio ante el dolor humano que a veces nos lleva a propagarlo de forma inconsciente y ciega y estúpida.  Gracias, Sylvia, por brillar con tanta fuerza y por dejar a tus lectores enamorados de tu esencia que es la esencia del mundo destilada en el poema.


LESBOS

¡Depravación en la cocina!
Chistan las patatas.
Todo es muy Hollywood, sin ventanas,
con la luz fluorescente pestañeando como una jaqueca terrible,
modosas tiras de papel a guisa de puertas...
Telones d teatro, bucle de viuda.
Y yo, querida, soy una embustera patológica,
y mi niña - mírala, boca abajo, en el suelo,
como una marioneta sin hilos, pataleando para desparecer...
Esquizofrénica perdida,
con la carne roja y blanca, un verdadero susto,
tú sacaste sus gatitos por la ventana,
a una especie de pozo de cemento,
donde cagan y vomitan y chillan sin que ella los oiga.
Dices que no la puedes soportar,
la hija de puta es una niña.
Te has fundido las lámparas como una mala radio
limpia de voces y de historia, el estático
ruido de lo nuevo.
Dices que debería ahogar a los gatitos. ¡Cómo apestan!
Dices que debería ahogar a mi niña.
Si a los dos años ya está loca, a los diez se rebanará el cuello.
El niño sonríe, caracol gordo,
desde los pulidos losanges del linóleo color naranja.
Te lo comerías. Es un chico.
Dices que tu marido no te vale para nada.
Su judía mamá le guarda el encantador sexo como una perla.
Tú tienes un niño, yo tengo dos.
Debería sentarme en una roca frente a la costa de Cornualles, y peinarme el cabello.
Debería llevar pantalones de tigre, debería liarme con alguien.
Deberíamos encontrarnos en otra vida, encontrarnos en aire, tú y yo.

Mientras tanto, huele a grasa y a cagada de niño.
Estoy amodorrada y torpe por culpa de la última píldora para dormir.
El humazo de la cocina, el humazo del infierno,
inunda nuestras cabezas, dos venenosos opuestos,
nuestros huesos, nuestros cabellos.
Te llamo la Huérfana, huérfana. Estás enferma.
Al sol te salen úlceras, y el viento te pone tuberculosa.
Fuiste bella una vez.
En Nueva York, en Hollywood, los hombres decían. "¿Ya has acabado?
Vaya, chica, eres un fenómeno".
Tú fingías, fingías, por el gusto de hacerlo.
El marido impotente renquea hacia la calle en busca de un café.
Yo trato de que no se vaya,
vieja estaca que atraiga los rayos,
los baños de ácido, los cielos que se te desploman.
Se lo traga todo mientras desciende por la colina empedrada de plástico,
vapuleado carromato. Las chispas son azules.
Las chispas azules se desparraman,
escindiéndose como cuarzo en millones de trozos.

¡Oh joya! ¡Oh objeto precioso!
Esa noche, la luna
llevaba a rastras su saco de sangre, enfermo
animal,
por encima de las luces del puerto.
Y luego se normalizó,
dura y distante y blanca.
El escamoso lustre de la arena me daba un miedo mortal.
Nos entretuvimos en cogerla a puñados, amándola,
amasándola, cuerpo mulato,
sémola de seda.
Un perro recogió a tu perrudo marido. Pasó de largo.

Ahora estoy callada, con el odio
hasta la barbilla,
espeso, espeso.
No hablo.
Estoy empaquetando las duras patatas como su fueran ropa de vestir,
estoy empaquetando a los niños,
estoy empaquetando a los gatos enfermos.
Oh recipiente de ácido,
es de amor de lo que estás llena. sabes a quién odias.
Él está abrazado a su bola y a su cadena, allá abajo, en el portal
que da al mar en el punto en que se mete, blanco y negro,
para escupirse luego.
Tú lo rellenas todos los días de material anímico, como un
jarro. Estás cansada.
Tu voz es un pendiente en mi oreja,
que aletea y que chupa, como un murciélago sanguinario.
Eso es. Ya está bien.
Fisgas desde la puerta,
triste bruja. "Todas las mujeres son unas putas.
No logro comunicar con nadie".

Veo tu ambiente tan bien descompuesto
cerrarse sobre ti como el puño de un niño
o una anémona, esa novia
del mar, esa cleptómana.
Yo todavía estoy cruda.
Digo que quizá vuelva.
Ya sabes para qué sirven las mentiras.
No hemos de encontrarnos ni en tu cielo Zen...

Un beso enorme y hasta la temporada que viene.

lunes, 25 de julio de 2011

LECCIÓN DE POESÍA NÚMERO 22

¡Que se nos acaba la temporada!  Esta, queridos míos, es la penúltima entrada hasta la vuelta allá por septiembre, con nuevo “equipo de poetas” (tocarán por fin mis favoritos, los británicos).  Y para ir acabando con estilo, he elegido a un poeta gigantesco (larger than life, que diría el Winterbottom, que ahora anda silencioso pero sé de buena tinta que volverá a hablarnos en inglés a partir de septiembre).  Vayamos, pues, al turrón, aunque estemos en julio.

SEGUNDA TEMPORADA - LECCIÓN Nº 22 - EZRA POUND


Ezra Pound es una de las figuras esenciales a la hora de hablar de la poesía moderna en inglés, vamos que sin él las cosas serían diferentes, ni mejores ni peores, creo, pero seguro que diferentes.

Y a mí es que el tipo este es que me gusta como los bocatas de jamón serrano con jamón serrano, ya veis.  Y su poesía es la pera limonera que se hace cosa cierta y cosa buena.  Y son tantas y tantas las que me gustan que se me hace pequeño este espacio, pero acaso por esto voy a elegir una y sólo una y ya está.  Esta, por ejemplo.


SIGUIENDO A CH’U YUAN

Penetraré en el bosque
donde los dioses pasean ornados con vistaria;
junto al torrente azul plata,
            otros pasan en carruajes de marfil.
Muchas doncellas aparecen
            para recolectar uvas para los leopardos, amigo mío,
pues son leopardos los que llevan los carruajes.

Caminaré por el claro,
emergeré del soto reciente
            y saludaré a la procesión de las doncellas.

Y con este pedazo fogonazo de belleza mi calva presencia se ausenta ya mismo de este espacio.  Hasta dentro de unos días en que nos veremos para nuestra última clase de la temporada.

jueves, 21 de julio de 2011

LECCIÓN DE POESÍA NÚMERO 21

Hay mañanas que duran un segundo y segundos que se frotan indecentes por detrás y un poquito por delante, y así, a la chita callando, duran tres años o tres años y pico.  Y tú con cara de no haber roto un plato en tu vida cuando a cabezazos te había visto yo cargarte toda la cubertería fina de tu abuela la del pueblo.  ¿Me seguís?  Tranquis, yo tampoco.  Yo, de hecho, suelo ser de paso fino y veloz y generalmente me dejo atrás a las primeras de cambio, es que es la leche, colegas.  En cuanto miro para atrás, toma jeroma, allí anda mi crasa cabeza de diámetro insospechado.  De hecho, suelo llegar siempre antes que yo mismo a mi casa y eso es jodido, como te lo cuento, porque tengo que esperarme, así, en el descansillo y con cara de lelo hasta que aparezco y me abro a mí mismo.  Soy un péndulo sin consideración alguna del tiempo o del espacio…, cosas tiene la vida, cosas tiene, amigo, cosas tiene la verdadera y auténtica poesía.

¿Que qué es la verdadera poesía?  Pues te lo voy a decir, escucha esto que te digo.  Es justamente lo contrario a lo que nos enseñan en las escuelas y universidades.  La verdadera poesía es el simple canto de un pajarillo a eso de las 6 de la mañana cuando te levantas a echar un pis y herido de amor y armonía y belleza ya no te metes en la cama y te dispones a degustar el primer café de la mañana.  Es, por ejemplo, esa sonrisa maravillosa que un desconocido te regala, así, por la cara y sin venir a cuento cuando tú vas por la calle cabreado con el mundo y con ganas de extirparte a ti mismo el páncreas sin anestesia y a tirones (o a dentelladas si estás especialmente cafre, que todo puede ser).  Es oler una barra de pan recién hecha o tomarte una cervecita bien fría con tu perro en la terraza (a tu perro, no seas bruto, no le des cerveza).  Es rascarte el culo cuando te pica un huevo (quiero decir cuando te pica mucho, si lo que te pica un huevo es un huevo, ráscatelo también, que da gustito) o cambiarte de calzoncillos después de haber batido el record del mundo en la disciplina “no me cambio los gayumbos hasta que se me peguen a la piel y lo mismo ni por esas”.  Eso de lo que te hablo es la verdadera poesía…, y a veces algún poema.  Como el que te voy a enseñar hoy.

Escucha, toma apuntes, manda el mundo al carajo y celebra que has descubierto la poesía en este día tremendo.

2ª TEMPORADA - LECCIÓN 21 - MARIANNE MOORE



Hoy toca una señora impresionante, Marianne Moore.  Escritora flipante, americana, como los demás en esta temporada y oriunda (cómo me gusta esta palabra) de St. Louis (Missouri).  Y aquí os dejo un pedazo de poema suyo:

SILENCE

My father used to say,
“Superior people never make long visits,
have to be shown Longfellow’s grave
or the glass flowers at Harvard.
Self-reliant like the cat –
that takes its prey to privacy,
the mouse’s limp tail hanging like a shoelace from its moth –
they sometimes enjoy solitude,
and can be robbed of speech
by speech which has delighted them.
The deepest feeling always shows itself in silence;
not in silence, but restraint.”
Nor was he insincere in saying, “Make my house your inn.”
Inns are not residences.

EL SILENCIO

Mi padre solía decir:
“Las personas superiores jamás hacen visitas largas;
no hay que enseñarles la tumba de Longfellow,
ni las flores de cristal de Harvard.
Autosuficientes como el gato
(que se lleva la presa a su rincón,
con el rabo fláccido del ratón colgándole de la boca como un cordón de zapato),
a veces disfrutan de la soledad,
ya que se pueden quedar sin habla
al oír palabras que les hayan encantado.
El sentimiento más profundo se expresa, siempre, en silencio;
no en el silencio, sino con discreción”.
Tampoco dejaba de ser sincero cuando decía: “Haz de mi casa tu posada”.
Las posadas no son domicilios.

Cosa tan linda el poema, ¿no?  Es que da en la diana de medio a medio.  Nos describe al visitante perfecto, que llega, nos da su amor, recoge el nuestro, no se pone pesado ni nos invade ni se nos come toas las magdalenas en el desayuno, no se pasea por el comedor en calzoncillos infectos rascándose el culo con alevosía y diurnidad manifiesta.  Mola, mola y mola.  Vamos, que tres veces mola (o más, oye).

Poema simple pero certero y de los que te dejan buen cuerpo y mejor alma, así que lo mejor es abandonar este lugar ya mismo (no nos hagamos cansinos) y movernos hacia otros lugares. 

Pues eso, estudiantes primorosos, hasta la próxima clase, que llega pronto.



lunes, 4 de julio de 2011

LECCIÓN DE POESÍA NÚMERO 20

¿Qué pasa tíos?  Me habéis echado de menos.  Yo un huevo, oye, o más.  Pero este cocoroto necesitaba unas vacaciones antes de las vacaciones.  Ahora bien, yo lo que empiezo lo termino, como cabeza de pepino.  Y aquí estoy de nuevo, ready to face the storm, con cuatro poetas más para finalizar la temporada.  O sea que este julio voy a estar aquí al ladito disparando mis poemas para curar todas tus penas, así, con gracia gitana, así, con mucho brío y alegría, así, con fuerza y tesón, así, con cara de melón.

2ª TEMPORADA - LECCIÓN 20 - WALLACE STEVENS



Y hoy me vuelvo a  mis orígenes con Wallace Stevens, poeta entre poetas que para ganarse las habichuelas se dedicaba a la abogacía.  Decía Stevens en The Dial “Evíteme, por favor, contar los datos biográficos.  Soy abogado y vivo en Hartford.  Estos datos no son divertidos ni reveladores”.  Pues vale, tío, poco importa lo que fueras, tú eras un poeta fulgurante, de los que van a la velocidad de la luz para dejarnos el corazón acelerado y saltimbanqui, para robarnos los rollitos chungos y llenarnos de medio a medio el pecho con pura pasión de vida.  Eras la pera limonera, tío, eras un poeta de primera.

Ha sido fácil para mí elegir un poema de su producción, porque aunque me guste toda su obra, yo no dejo de recordar el que pueda que sea uno de los mejores poemas de la historia de la literatura.  Vamos al turrón, que pa luego es tarde.  Como otras veces, primero la versión original en inglés y luego su traducción al español

Disillusionment of Ten O’Clock
por Wallace Stevens

The houses are haunted
By White night-gowns.
None are green,
Or purple with green rings,
Or green with yellow rings,
Or yellow with blue rings,
None of them are strange,
With socks of lace
And beaded ceintures.
People are not going
To dream of baboons and periwinkles.
Only, here and there, and old sailor,
Drunk and asleep in his boots,
Catches tigers
In red weather.

Desilusión de las diez.

Los camisones blancos
Hechizaron las casas.
Ninguno es verde,
O púrpura con círculos verdosos,
O verdoso con círculos dorados,
O dorado con círculos azules.
Ninguno de ellos es extraño,
Con medias de puntilla
Y cintos con adornos.
No soñará la gente
Con siemprevivas y mandriles.
Tan sólo, a veces, un viejo marino,
Dormido con las botas, y borracho,
Caza tigres
En rojo clima.

Y ahí está, toma rampazo exquisito (si no se entiende lo de “rampazo”, pregúntese a un aragonés).  Recuerdo leer este poema por primera vez cuando estaba en Oxford.  Recuerdo estar leyendo un libro tocho de poesía en un pub lleno de gente y de humo y de alcohol y, sobre todo, de vida.  Era claro que aquel lugar estaba lleno de vida porque la mía se me estaba yendo, o eso me parecía.  Vamos, que estaba jodido y ya había decidido que me iba a meter en vena toda la poesía del mundo, así, salvajemente, a tumba abierta, sin pensar en el mañana (el mañana me aterraba, ya me costaba soportar el hoy momento a momento).  Y de repente, zas, allí estaba la Desilusión a las 10 con ese contraste de un mundo en grises y blancos y negros ante ese otro posible de verdes y morados y dorados.  La puñetera y patética realidad, aburrida, sórdida y pacata devorada al fin por la figura torrencial del marino borracho y dormido a la caza de tigres en rojo.  Tíos, eso es brutal.  Precioso y brutal.  Fascinante.  Y yo me quedé de una pieza, cerveza en una mano, el libro de poemas en la otra, letraherido hasta la médula, cocoroto oblongo que ha perdido el miedo.  Español en tierra de nadie y que nunca supo cuál era su tierra verdadera y poco o nada le importó porque lo que le gustaba era viajar, sentirse de aquí y de allá y no saberse al final de parte alguna.

Y con esta maravilla os dejo hasta la próxima semana, queridos míos.  Hasta entonces, sed buenos y poéticos, por supuesto.

miércoles, 29 de junio de 2011

ÍNDICE

Al Cocoroto le ha salido pelo, pero mucho...


Para que podáis seguir y repasar el curso con comodidad os he elaborado este índice.  Así podréis encontrar rápidamente lo que necesitéis.  ¿A que soy un solazo calvo y jaranero?  Pues eso, coleguis, que yo también os quiero.

1ª TEMPORADA
UN POCO DE TODO
Lección 1 - R. Wolfe
Lección 2 - L. A. de Cuenca
Lección 3 - J. Salvago
Lección 4 - S. de Mello Breyner Andresen
Lección 5 - E. de Champourcin
Lección 6 - G. Fuertes
Lección 7 - Poesía china
Lección 8 - F. Benítez Reyes
Lección 9 - Dokusho Villalba
Lección 10 - K. Iribarren
Lección 11 - H. Prather
Lección 12 - J. L. Borges
Lección 13 - El Cocoroto

2ª TEMPORADA
POESÍA DE LOS ESTADOS UNIDOS
Lección 14 - C. Bukowski
Lección 15 - R. Carver
Lección 16 - e. e. cummings
Lección 17 - E. Dickinson
Lección 18 - J. Updike
Lección 19 - Counting Crows
Recreo -  Francisco José Francisco
Lección 20 - W. Stevens
Lección 21 - M. Moore
Lección 22 - E. Pound
Lección 23 - S. Plath



3ª TEMPORADA
POESÍA DEL REINO UNIDO E IRLANDA
Lección 24 - R. Kipling