miércoles, 12 de mayo de 2010

LECCIÓN DE POESÍA NÚMERO 10




A ver, a ver. Hoy me llueve hasta en los calcetines. Aquí estoy, a calzón volao, enfrente de todos, con los pelos de mi calva haciendo de crasa bandera ante los ojos del mundo. Y bien, diréis con razón, “tu eres calvo y, además, que lo sepas, eres también pelón”. ¿Moi, pelón, moi?, ¿que es lo que mabéis llamao…, calvo, pelón? Pues toma ramalimbombán poético en to los belfos, tracatrá, ¡hala, pechuga y cuarto y mitad!

Pero no, cariñosines vosotros, que el calvo peleón es obtusa bola de amor peludo a la vez que pelón, venid, pues, a los brazos de mis brazos, a los dedos de mis dedos, a los pelos de mi calva. Venid todos ya y corretead como jóvenes gacelas enamoradas por la mía nuca, por la mía frente, POR MI MISMA CALVA.

Ay, qué día más lleno de bístrocos ablunizantes, de pocosomotos indedentro del mimismo, ¿que no? Traedme a los necesitados de poesía, pues de ella tengo mis despensas llenas. Venid y coged lo que necesitéis, que todos los versos del mundo os pertenecen…

LECCIÓN 10 – KARMELO IRIBARREN
(Degustación de varios poemas con salsa de Realidad)


Hoy un donostiarra que tiene un verbo prodigioso, Karmelo Iribarren, que ando releyendo su libro “La ciudad” (Editorial Renacimiento). Ya veréis, ya veréis…; como otras veces, es mejor que no os cuente mucho de lo que viene ni me dé por interpretar, que pa lo que sirve realmente, pues eso, que me ahorro la saliva para escupir a los “melejunjes atroces que se nos comen los arroces”; sí, sí, todos estamos pensando en los mismos. Pues eso, al queso…, que vienen los ratones con sus tremendos nacasones (¿os acordáis de “Humor Amarillo”?)


Primer poema – Entrante delirante


LA FELICIDAD

Te sientas en una terraza
a tomar algo.
A pocos metros de ti,
niños y niñas patinan, saltan
a la comba, se pelean.
Enciendes un cigarro,
fumas plácida-
mente. Al fin llega
la cerveza: en su punto,
espumeante, fresca.

Cierras los ojos
y “esto es la felicidad”,
te dices.

Luego los abres
y ves a ese pobre viejo
hurgando en las papeleras.
(Karmelo Iribarren)


Toma yaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!!!!! Ahí es nada. O acaso ahí es todo. La pucha!!! Qué pasote de poemato. Buenusísimo, boca se me hace el agua y lo pieses fuego líquido. Venga ya el primer plato.

Segundo poema – Un primero de aquí te espero.

LAS MUJERES

No sé qué tienen
-además
de lo que tienen-, pero
sin duda
es mágico.
Capaces
con un mínimo
gesto
de hacerte desear
no haber nacido nunca
en un instante
y que al siguiente
te arrojes a sus pies, pasan
siempre de largo.
Sus miradas
desarman.
Sus caricias
te pueden reducir
a un pobre
imbécil. Son
como el alumbrado
de la vida.
Las mujeres. Lo máximo.
(Karmelo Iribarren)


Quéeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee riiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiico. Leches, esto mejora y mejora. Ahora algo con mucha sustancia que mi tripota hoy es tripota de poeta hambriento.

Tercer poema – Lo que no mata engorda pero ¿lo que no engorda mata?

SI NO FUESE POR ESTOS MOMENTOS, ¿EH?

Un heavy borracho,
con la chuscarra
del canuto
apagada
en los labios,
balbuceándome
que si le dejo poner
un cartel en la puerta,
que son un grupo guapo,
Los Nervios,
y que tocan el viernes 23
alas 11´45
y que no falte.

Y yo diciéndole
que de qué mes,
porque hoy es sábado 24
y a mí
antes de las 7
no me vacila
ni mi padre.
(Karmelo Iribarren)


Veeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeenga más para el cuerpo humano y gentil que se me exgruta por minumentos. Trácamela ya mismo. Moluna!!!

Venga paracá el postre!!!!!!!!!!!!!

ESO ERA AMOR

Te veía
llegar,
cruzar la puerta,
darme un besazo en el morro,
mirarme a los ojos
de esa manera única,
como sólo tú miras
a los ojos: rompiendo
el calendario.

Te veía
hacer esas cosas sencillas
que tú haces
para que el mundo
entre en razón;

y no sabía
a quién
darle las gracias.
(Karmelo Iribarren)


Dulce hemos acabado, dulces hemos de irnos.
Un besuco de estuco y un abrazo de lazo, hasta dentro de quince días os llevaré en mi regazo.

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