miércoles, 10 de febrero de 2010

LECCIÓN DE POESÍA NÚMERO 4



A las buenas naranjas de Valencia (o "torrenos" de Soria, como gustéis), cocorotónamos del mundo (UNITE!!!), here we go one more day con los mismos pelos en la calva y más tripa que rascar…

LECCIÓN 4 – HOY LEEMOS A SOPHIA DE MELLO BREYNER ANDRESEN
(“Exilio”)

Hoy quiero hablaros de una escritora que mola cantidad, Sophia de Mello Breyner Andersen. Sophia nació en Oporto en 1919 pero tenía ascendencia sueca (de ahí sus apellidos) pero mejor que seguir con datos biográficos, que os cuente ella algo…


“En mi infancia, antes de saber leer, ya me habían enseñado a aprenderme poemas de memoria. Tuve la suerte de conocer el poema antes de conocer la literatura. De hecho yo era tan niña que ni sabía que los poemas los escribían personas, más bien creía que eran consustanciales al universo, que eran la respiración de las cosas, el nombre de este mundo dicho por él mismo”

o

“Un poema fue siempre un círculo trazado alrededor de una cosa , un círculo donde el pájaro de lo real queda preso” .

Un personaje fascinante, ¿no os parece? Así que venga, si queréis saber más, pues ya sabéis, os lo buscáis vosotros mismos que para eso tenéis medios, leches, que hoy en día es fácil acceder a cualquier tipo de conocimiento (menos al que más importa, pero ese es otro tema). Todos sus poemas son deliciosos.

La poesía de Sophia es quintaesencialmente lírica, es poesía pura sin pulir pero totalmente pulida, es como si saliera del centro mismo del universo, del lugar eternamente estático del que procede todo movimiento. Es luz, así, en fogonazo, en to las tochas, de esa luz que te deja patas parriba y sin aliento. Así, lo que más me fascina de esta tía es cómo expresa lo que no dice, de qué manera ofrece ausencias en presencias evanescentes. No es tan importante lo que dice el poema, como lo que no dice…, y para muestra, hoy tenemos dos poemas por el precio de uno, que seguimos de rebajas. Ahí van, apretaros los machos que esto viene con turbulencias… (primero tenéis el original en portugués y luego la traducción al español):

“Exilio”

Espero tecendo os dias
Imagino e contemplo.

Num país sem flores onde o mar nao é mar
E enigma sao os navios,
Eu nao entendo o sentido das velas
Tenho fome e sede de horizontes frios.


Traducción:
Espero tejiendo los días
Imagino y contemplo.

En un país sin flores donde el mar no es mar
Y enigma son los barcos,
Yo no entiendo el sentido de las velas
Tengo hambre y sed de horizontes fríos.


El segundo poema no tiene título:

Terror de te amar num sítio tao frágil como o mundo.

Mal de te amar neste lugar de imperfeiçao
Onde tudo nos quebra e emudece
Onde tudo nos mente e nos separa.


Traducción:
Terror de amarte en un sitio tan frágil como el mundo.
Mal de amarte en este lugar de imperfección
Donde todo nos quiebra y enmudece
Donde todo nos miente y nos separa.


Ay, amigos, no sé cuál de los dos me parece mejor. El primero me gusta porque yo siempre he sentido en mi crasa calvorota lo mismo, ese “hambre y sed de horizontes fríos”. También es fascinante la imagen del telar a lo Penélope y que también me recuerda a las Moiras (Parcas o Nornas, como gustéis). Pero es que el segundo es… pura poesía, pura vida, verdadero amor. Cómo amarnos en algo tan frágil como el mundo, ¿verdad?, pero, after all, cómo NO amarnos en el mundo. Si no nos amamos en el aquí y ahora todo se nos va a la mierda. Y eso si que no…

Nada más por hoy, levantad las copas y brindad por el vacío con la mirada llena de vida.
Mañana, no lo tenemos seguro, será otro día, pero HOY, eso sí que es seguro, es el día.
Que sepáis que mientras os cuento esto, estoy rascándome el pandero (y me da un gustirrinín…), eso no sé si lo he dicho en bajo o lo he pensado en alto..., bah, tanto da. Ta pronto en Toronto.

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